Estabas en la cocina tomando un vaso de agua cuando escuchaste que la puerta principal se cerró de golpe y te sobresaltó.
Dejaste tu vaso en la isla de la cocina cuando viste a Taylor subir las escaleras, refunfuñando para sí misma después de haber tenido un mal día en el estudio.
Suspiraste pero rápidamente la seguiste al dormitorio. La viste sentada en el borde de la cama con los pies en el suelo y las manos en el pelo.
Lentamente te acercaste a ella y le pusiste la mano en la espalda
"¿Tay? ¿Estás bien?"
Ella negó con la cabeza y suspiró ruidosamente, comenzaste a frotarle la espalda suavemente hasta que apartó tu mano.
"Solo déjame en paz, ___"
Frunciste el ceño y pusiste tu mano en su muslo y estabas apunto de preguntarle qué le pasaba hasta que se puso de pie y puso los ojos en blanco.
"¡Oh, Dios mío, ___! Solo déjame en paz, ¿de acuerdo? Estoy exhausta y tuve un mal día, ¡lo último que necesito es que me molestes!"
Entró en el armario y agarró algo de ropa antes de ir al baño, cerró la puerta de un portazo y la cerró con llave detrás de ella mientras abría la ducha.
Las lágrimas picaron en tus ojos y rápidamente las limpiaste, volviendo abajo y bebiendo tu vaso de agua antes de decidirte a revisar los armarios de cocina para buscar algo de cenar para ustedes dos.
Estabas apunto de agarrar una caja de fideos cuando sentiste un par de brazo alrededor de tu cintura y un par de labios ligeramente agrietadas en tu cuello. Esta vez, sin embargo, fue tu turno de alejarla, todavía enojada por lo que había sucedido arriba hace un momento.
"Oh vamos ___, por favor no seas así"
"¿Yo? ¿Quién de nosotras le gritó a su novia sin razón alguna hace unos minutos?"
Te agachas y agarras una olla, cerrando la puerta del armario con el pie. La empujaste y te acercaste a la estufa, agarraste un par de cosas para mezclarlas cuando sentiste que Taylor apoyaba la barbilla en tu hombro.
"Lo siento. Tienes razón, eso estuvo fuera de lugar. No debí haberte gritado, ¿por favor perdóname?"
Ella te dio sus mejores ojos de cachorro haciéndote suspirar y envolver tus brazos alrededor de ella, derrumbándose en ella.
"Te amo. Lamento haber tomado mi mal día contigo".
"Está bien. La próxima vez solo háblame, ¿de acuerdo? Me preocupo mucho por ti y odio verte molesta".
Besaste su mejilla antes de regresar a la estufa para continuar cocinando la cena, feliz de que todo estuviera bien de nuevo.
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