Nunca te ha ido tan mal en un día tan rápido. Comenzó desde el segundo en que te despertaste, alcanzando rápidamente tu teléfono para apagar la alarma y golpeándote la cabeza contra la mesita de noche.
A lo largo del día las cosas siguieron empeorando.
Derramaste tu café sobre tu camisa, tu jefe se enfadó contigo por algo de lo que ni siquiera estabas a cargo, alguien se había comido tu almuerzo, tu compañero de trabajo derramó su café sobre tu ordenador; simplemente era interminable.
Lo primero que hiciste cuando saliste del trabajo fue golpear el volante con las manos con frustración antes de conducir a casa donde te esperaba tu hermosa novia; la única tranquilidad que te ayudó a el día fue Taylor.
Cuando finalmente entraste a la casa, podías oler algo delicioso: se estaba haciendo tu pasta favorita.
Te asomaste por la esquina para ver a Taylor cocinando, una sonrisa en tu rostro cuando viste que Olivia estaba a su lado.
Sentiste algo suave en tu pie y viste a Meredith a tus pies, frotando su cabeza contra tu pierna y ronroneando suavemente.
Te agachaste y la acariciaste por un minuto antes de entrar a la cocina, Taylor se dio la vuelta cuando escuchó tus pasos.
"¡Hola cariño! ¿Cómo estuvo tu día?"
"¡Horrible! En serio, fue el peor día de mi vida!"
"Lamento escuchar eso, pero ahora estás en casa, eso es todo lo que importa, ¿verdad?"
Sonreíste y besaste su mejilla, descansando tu cabeza en su hombro mientras ella revolvía la pasta en la sartén.
"¡Estás haciendo mi favorito!"
"Por supuesto. Pensé que hoy sería un buen día para tenerlo y me alegro de hacerlo porque parece que tuviste un día terrible y espero que esto te haga sentir mejor". Ella sonrío brillantemente antes de dejar un suave beso en tu mejilla.
"Ahora sube y ponte tu pijama favorito, lávate la cara o haz algo que te relaje y te avisaré cuando la cena esté lista. Después de la cena podemos ver tu película o programa de televisión favorito y puedes decir qué sucedió para que tu día fuera tan horrible"
"Gracias, te amo"
Subiste corriendo las escaleras y te pusiste el pijama y te lavaste los dientes, algo que siempre te hacía sentir más relajada.
Estabas enjuagándote la boca con agua cuando sentiste un par de brazos alrededor de tu estómago. Te miraste en el espejo para ver a Taylor apoyando la cabeza en tu hombro con los ojos cerrados y una linda sonrisa en su rostro.
"La cena está lista".
Sonreíste y tomaste su mano antes de bajar las escaleras y entrar a la cocina donde habían dos platos llenos de pasta sobre la mesa.
"Esto es perfecto. Gracias"
Ella sonrío y tiró de tu silla para hacerlas reír a ambas y comenzasteis a comer.
Una vez que ambas terminaron, Taylor tomó tu mano y te llevó a las sala de estar, tu programa favorito se detuvo en la televisión listo para reproducirse.
Sonríes y te sientas, Taylor sentada detrás de ti colocando sus manos en tus hombros para masajearlos.
"Entonces dime lo que pasó hoy"
"Bueno, después de golpearme la cabeza con la mesita de noche esta mañana, todo salió mal. Derramé café sobre mi camisa, alguien se comió mi almuerzo, así que tuve que irme sin almorzar, mi jefe se enfadó conmigo por algo que yo ni siquiera estoy a cargo. Mi compañero de trabajo derramó su café en mi ordenador, así que ahora tengo que conseguir uno nuevo"
"Lo siento cariño. Eso suena terrible. ¿Hay algo que pueda hacer?"
"Taylor, hiciste mi cena favorita, me estás masajeando los hombros y mi programa favorito está en marcha. No podría pedir nada más. Créeme, has hecho mucho y lo aprecio todo."
Ella te sonrió y te beso suavemente antes de que ambas se recostaran en el sofá para ver la televisión, tu mal día ya se había olvidado.
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