Había sido un largo día en el estudio para Taylor y decir que se sentía exhausta sería quedarse corto, sin embargo, solo había una cosa en su mente cuando llegó a casa: tú.
Has estado deseando pasar tiempo con ella desde hace algunos días ya que se había quedado muy tarde en el estudio y se iba temprano cada mañana, te prometió que ustedes dos tendrían una noche de cine esta noche y ella estaba apunto de romper la promesa que te hizo.
Ella nunca había hecho eso antes a menos que fuera por algo realmente urgente o importante, odiaba la idea de romper una promesa contigo ya que habías tratado con personas que habían hecho eso antes.
Entonces, cuando entró en el dormitorio con los ojos cansados, tan cansados que luchaba por mantenerlos abiertos, te diste cuenta casi de inmediato.
Se quitó los zapatos y se puso un pijama, lista para superar el agotamiento que lentamente se apoderaba de su cuerpo y pasar tiempo contigo, como prometió.
Se metió en la cama y se acurrucó cerca de ti, siendo ella la cuchara pequeña que era algo realmente raro, pero no podías quejarte de eso.
Veías como se frotaba los ojos para quitarse el sueño y seguía bostezando, tratando de combatir la falta de sueño que la estaba alcanzando.
Pusiste la película mientras ella se acurrucaba más cerca de ti, con la cabeza apoyada en tu estómago mientras miraba la película con los párpados medio abiertos y medio cerrados.
"¿Tay? Cariño, estás exhausta".
Pasaste los dedos por su cabello haciéndola tararear de satisfacción.
"No, no lo estoy".
Te reíste y sacudiste la cabeza, girando el cabello rubio entre tus dedos mientras observabas sus cansados ojos azules cerrarse y abrirse de nuevo.
Besaste su frente y dejaste que tus labios se detuvieran en su suave piel por unos segundos antes de alejarte.
"Taylor, por favor, no luches contra el sueño. Si estás cansada, está bien, podemos ver la película juntas otro día".
"No. No, te prometí que la veríamos esta noche y nunca he roto mis promesas antes, no voy a empezar ahora".
Sonreíste, tu corazón se derritió por su dulzura.
"Te amo, Taylor, sé que no estás haciendo esto a propósito. Has estado trabajando duro y estás cansada. Está bien, cariño, en serio, puedes irte a dormir y continuaré abrazándote todo el tiempo. Eso es suficiente para hacerme feliz".
Notaste que sus ojos ya estaban cerrados pero aún no estaba completamente dormida.
"¿Estás segura?"
"Estoy segura".
Ella sonrió y asintió con la cabeza, dejando que sus ojos permanecieran cerrados mientras continuabas pasando tus dedos por su cabello.
Fue solo un par de minutos después cuando escuchaste pequeños ronquidos salir de sus labios, su cabeza aún descansaba cómodamente sobre tu estómago y sus labios se abrieron un poco.
Parecía un ángel, tu ángel. Decidiste dejar que la televisión sonara en silencio de fondo mientras observabas a tu novia dormir tranquilamente, tu corazón latía contra tu caja torácica mientras la mirabas fijamente, viendo cómo sus pestañas revoloteaban contra sus mejillas y su pecho elevaba y caía lentamente.
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