Amor entre balas

Cap II

"🔮𝘼 𝙩𝙧𝙖𝙫é𝙨 𝙙𝙚𝙡 𝙘𝙧𝙞𝙨𝙩𝙖𝙡🔮"

𝙁𝙤𝙩𝙤 𝙙𝙚 𝘼𝙡𝙚𝙨𝙨𝙖𝙣𝙙𝙧𝙤 𝙈𝙪𝙨𝙨𝙤𝙡𝙞𝙣𝙞

¡Hay, que larga está esta lista! 1;2;5;10. Son 10 personas, ni que fuera una máquina. Bueno pero la primera víctima es fácil. Lo único que hace es tomar, bien, empezamos.

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- Buenas señor - le dije con una sonrisa falsa.

- Si dígame - me miró con desprecio.

- Aquí dice que busca nuevos empleados - mira que me cae mal las personas como esta, ¿y si la mato? Na mentira, ahora no tengo tiempo.

- Aquí solo aceptamos personas con clase - me volvió a mirar como desprecio.

- Ok - le entregué mi currículo
falso - Bien si no me quiere aquí, me voy - me alejé poco a poco.

- Espere - me detuve - Aquí dice que estudió en la 𝙒𝙝𝙞𝙩𝙣𝙚𝙮 𝙃𝙞𝙜𝙝 - le brillaron los ojos - Oiga di quiere trabajar aquí no hay problema - sonrió un poco.

- Mire yo soy un hombre de respeto, y usted me trato mal, pero podemos hacer algo - derrepente se le borro la sonrisa - Si me deja trabajar ahora, olvido todo lo dijo - se quedó pensando.

- Está bien.

- Ok, bueno a trabajar - bien término el trabajo y me voy.

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- Mjm - tocí para llamar la atención del camarero - El jefe dice que ya se puede ir, yo lo remplazaré.

- Hay gracias - se puso una gorra - Por fin ya era hora - sonrió - Muy bien tu te quedas atendiendo a este cliente - me señaló a la víctima.

- Ok, yo me encargo - le dije. Se retiró y comenze la cacería - ¿Señor quiere algo más? - le pregunté agarrando una botella de cerveza.

- Si - me acercó la mano para que le diera la botella - Y de la más buena.

- Ok, en seguida - me voltié, y al destapar la botella se eche un "poco de veneno", solo un poco, en realidad fue la botella entera - Aquí tiene - se la di y me alejé poco a poco.

- Mmm - le pasó la lengua por los labios - Deme otra, ese veneno tarda un poco en hacer efecto, pero también... - Huy señorita no quisiera una Copa - tiene un poco de droga.

- ¡Alejesé! - gritó - ¡Qué asco! - lo empujó - ¡Seguridad! - vinieron dos hombres vestidos de negro.

- Señor por favor tranquilicesé - lo cogió por el brazo.

- ¡Sueltemé! - aparto la mano del de seguridad - Venga señorita, vamos a dar un paseo.

- Señor tranquilicesé.

- ¡No me hables! - se dirigió al guardia - ¡Tu no sabes quien yo soy! - se lanzó arriba del guardia y lo empezó a golpear. Se que está bueno el chisme pero yo yo me voy, si se muere es problema de los guardias.

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Cuando salí del restaurante sentí que mi teléfono vibró. Al revisarlo vi que era un mensaje de Alayna...