Amor entre balas

Cap XII (parte 2)

" 𝙤𝙘𝙝𝙤 𝙡𝙖𝙙𝙧𝙤𝙣𝙚𝙨 𝙪𝙣 𝙢𝙖𝙡𝙚𝙩í𝙣 "

— Ahora se acaba tu vida — levanto su pie derecho al aire para pisotear mi mano y así caer del tren. Ya a llegado el momento de aceptar que ya se acabó mi tiempo. En ese momento los papeles se invirtieron, sin darse cuenta un cartel golpeó a Kitty y la sacó fuera del tren. Al parecer el universo no me a abandonado todavía. Lancé el maletín para arriba del tren así quedaban mis manos disponibles, me impulse con mis manos para subir al tren — Uff, eso fue fácil — no puede, no me había dado cuenta de que nos estamos acercando a un túnel, si no me agachó muero, hice lo que mis instintos me dijeron, me acosté en el techo del tren, solo es un momento, tengo que aguantar, así pasaron unos minutos hasta que salimos del túnel — Bien tengo que regresar a mi asiento, ¡Sierto el cadáver del científico!

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Al entrar al vagón donde supuestamente estaba el cadáver del científico que no pude proteger me di cuenta de que no había ningún cadáver, solo una nota que decía: " 𝘋𝘦𝘯𝘢𝘥𝘢, 𝘵𝘦 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘷𝘢𝘨ó𝘯 𝘥𝘦𝘭 𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰, 𝘢𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘯ú𝘮𝘦𝘳𝘰 147, 𝘢 𝘺 𝘭𝘭𝘦𝘷𝘢 𝘦𝘭 𝘮𝘢𝘭𝘦𝘵í𝘯 " Ya se de quien debe ser esta nota, de algunos de los cuatro ladrones que quedan en el tren. Nunca imaginé que hubiera un vagón silencio en el tren, la mayoría de las personas se encuentran dormidas, miré a los alrededores y me percate que era obligatorio el silencio, si hacemos mucho ruido nos sacan del tren. Asiento 147, asiento 147, ajá ahí está — Mira quien es, el impostor Bad Bunny — dije sentandome en el asiento.

— Con que tu eres Shadow.

— El mismo, en carne y hueso, debería decirte gracias.

— Denada, porque no nos ahorramos esto y me entregas el maletín — el piensa que soy estúpido.

— Sabes, estoy en deuda contigo, pero no.

— Creo que te haré cambiar de opinión — sacó un cuchillo de uno de sus bolsillos y me lo encajó en la mano.

— ¡Ahhh! —

— Shhhh — de lejos nos regañaban por hacer ruido.

— ¿Y bien? — me reí tan bajito como pude.

— ¿Crees que no me conosco tus trucos? — Saqué mi mano verdadera del fondo de la manga, y deje mostrar la mano falsa.

— ¿Que?

— La misma amenaza todo el tiempo te hace perder rango — estire mi pierna lo más que pude hasta que lo golpie en los huevos.

— ¡Ah, eso duele imbécil! — nos volvieron a regañar.

— ¿Por que no vamos a un vagón donde si podamos gritar?

— Me parece una buena idea — Nos paramos del asiento para irnos a gritar al vagón siguiente.

— Ahora si, ¿te parece si cantamos?

— Música maestro — saco su cuchillo del su bolsillo y lo abalanzó a mi, rápido coloqué el maletín en medio de mi cuerpo para bloquearlo, lo volvió a levantar y lo dirigió encima de mi cabeza, me gire y volví a defenderme con el maletín, la tercera es la vencida , me volvió atacar pero esta ves tenía que desacerme del cuchillo, el cuchillo se atoró en el hueco del maletín, que suerte, pero al parecer ninguno de los dos nos rendimos, el hizo presión en el cuchillo para que llegara a mi cara, así que caminé hacia atrás para contrarrestar sus movimientos, hasta que no pude moverme más, estaba contra la espada y la pared, en ese momento entró un personal del tren, no nos quedo de otra que disimular, la mujer se nos quedo mirando fijamente.