Cap XIII

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"𝙉𝙤𝙘𝙝𝙚 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙘𝙤𝙨"

- Tienes dos opciones, o te vas conmigo o con ellos - bien no me queda de otra que aceptar, abrí la puerta del carro y me monte, nos desaparecimos antes de que el humo se dispersara.

- Mierda, ¿donde está? ¡Busquenlo! - si no fuera por este hombre estuviera preso.

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Al bajar del auto me encuentre con un gran edificio, al entrar me percaté que era un laboratorio, había millones de científicos trabajando en experimentos y otras cosas, nos acercamos a una enorme puerta con un cartel que decía: 𝚜𝚘𝚕𝚘 𝚙𝚎𝚛𝚜𝚘𝚗𝚊𝚕 𝚊𝚞𝚝𝚘𝚛𝚒𝚣𝚊𝚍𝚘 - Debo agradecerle lo que hizo por mi.

- Antes de que digas algo, solo te salve porque necesito que hagas algo por mi - como siempre.

- ¿Y que es esa cosa tan importante por la cual arriesgaste tu vida?

- Mira en este momento no puedo decirte nada, es mejor que sigamos en contacto, cuando este todo listo yo en persona te mandaré a buscar y te explicaré todo - de verdad que este tipo está loco - Ahora puedes irte.

- Ok.

- A una cosa tu moto está en mi aparcamiento - ¡mi bebé! Corrí tan rápido que ni yo se como pude correr tanto.

- Aquí estas, papi te extrañó - le decía a mi moto mientras pasaba mis manos por todo el cuerpo de la moto - Aquí estas, mi bebé - se que suena un poco loco pero esta moto es lo único que me ha acompañado durante casi toda mi vida de espía, nunca me ha traicionado - Ahora papi te va a sacar a dar un paseo.

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𝙰𝚕𝚢𝚗𝚊:

Rin, Rin, Rin. Toque el timbre del apartamento de Alessandro. Este me abrío la puerta enseguida.

- ¡Alessandro! - me abalancé a el y lo bese, fue un beso algo corto ya que todavía no había entrado, obio no iba a tener relaciones sexuales con el enmedio del pasillo de su apartamento.

- ¿Como éstas?

- Bien, y tu?

- Bien, por favor pasa - me señalo con la mano para que entrada a su apartamento. Al entrar me sorprendí, el piso estaba lleno de Rosas, y estas así indicaban un camino - Sígueme - me agarró de la mano y me llevó por todo el camino de rosas, cuando las Rosas se terminaron no lo podía creer, la habitación estaba llena de luces y velas por todos lados, había una mesa decorada tan románticamente que parecía sacada de una película. Sobre la mesa había una botella de vino, dos copas y unos platos. Este hombre no deja de sorprenderme.

- ¿Y te gustó la sorpresa?

- Claro - lo volví a besar, esta ves con más pasión - Sabía que debajo de ese corazón de asesino había un corazón blando y romántico - el sonreía, parece que quería escuchar esas palabras.

- Vamos siéntate - me abrió la silla para que yo pudiera sentarme, me senté y el se sentó enfrente mio - No hay nada como un buen vino para empezar una cita - probé el vino y no sabía a ninguno de los otros vinos que yo había probado.

- Mmm - bajé la copa - ¿De donde es este vino?

- De la tienda de la esquina - vino barato, pero sabe muy bien.

Amor entre balasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora