Samuráis... guerreros honorables, con gran determinación a la hora del combate, hábiles con la espada, dígnos y gloriosos.. pero otros... otros se dejan llevar por la senda de la sangre, guiados por su ira, rencor y odio, guiados hacia una profunda...
Ya habían transcurrido 3 años desde que Shura se fue con Inuhiko a entrenar, en ese tiempo Emma y Shinji ya habían terminado sus estudios y ya eran samuráis oficiales, estaban ahora mismo caminando por las calles, Shinji tenía una armadura azul verdosa y el cabello se lo había dejado largo y teñido de blanco, su casco era una media cara demoníaca en rojo y la parte superior tenía dos cuernos que sobresalían de un cráneo de demonio dorado, seguía usando su misma katana solo que ahora estaba mejorada, era un poco más larga y su funda era de cuero rojo.
Emma por su parte decidió no llevar una armadura que destacara tanto, portando un simple kimono negro con unas prendas rojas, aunque debajo del kimono si llevaba una pequeña cobertura para defenderse, era obligatorio llevarlo, además Emma había mejorado sus habilidades centrándose más en la velocidad, y para eso prefirió su kimono.
-Emma ¿Porqué no te pusiste una armadura?
-Es muy molesta, me impide moverme bien y tú ¿Porqué usar algo tan llamativo? - Emma se reía por el casco de Shinji.
-¡Oye! La apariencia de uno debe intimidar a sus enemigos. - Decía orgulloso.
-Si si.. intimidar. - Diría Emma levantando los hombros.
- Ya van tres años desde que se marchó... - Shinji miraba al cielo.
-Si... - Emma lo había recordado, aún lo esperaba.
-Me sorprende que aún lo esperes... Cualquiera ya se habría olvidado de él. - Shinji la miró de reojo notando una sonrisa en su rostro.
-Si.. pero no puedes olvidarte de ese tonto tan fácil... - Dijo dándole una sonrisa. - Ademas.. el fue la primera persona que se preocupó por mi y me defendió.. ¡incluso mató por mí! - Dijo con estrellitas en los ojos.
-Eso no es algo por lo que sentirse orgulloso. - Diría Shinji serio.
Ambos siguieron su camino hasta llegar a su hogar, Shinji seguía viviendo en la casa de aguas termales mientras que Emma continuaba en la casa de invitados, cada uno se despidió y Emma entró a su hogar, una vez dentro se quitó los zapatos y las medias y se acostó en la cama, observó de reojo la katana que Shura usaba en la escuela, Emma pidió permiso para tenerla, cosa que permitieron pues nadie la usaría, Emma recordó a Shura y sonrió para después quedarse dormida.
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Emma estaba en un dóllo, este estaba en lo alto de un castillo muy similar al de la Hacienda Davio (Es el mismo castillo de Ashina así que imagínenselo así), estaba sentada esperando, cuando se puso de pie alguien saltó entrando al dóllo, una vez en el suelo Emma lo reconoció.
-Shura... - Emma estaba contenta de por fin poder verlo, corrió hacia él para poder abrazarlo. - Pensé que nunca te volvería a ver.
Antes de que se pudiera acercar más Shura sacó su katana y la apuntó hacia Emma.
-Shura.. ¿Qué haces? - Emma estaba confundida.
-Llamame Ashura... Emma, tu destino está sellado, una vez termine esto lograré mi objetivo.
-¿De qué hablas..? Este no eres tú... - Emma no quería pelear.
-Saca tu espada samurái... - Shura no se movía de su sitio, tenía una mirada decidida.
-No.. ¡no quiero pelear contigo!
Acto seguido Emma corrió hacia Shura, sin sentir nada Shura saltó sobre ella y una vez en el suelo la sujetó por su nuca.
-Shu... (Escupiendo sangre) - Shura...
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