Samuráis... guerreros honorables, con gran determinación a la hora del combate, hábiles con la espada, dígnos y gloriosos.. pero otros... otros se dejan llevar por la senda de la sangre, guiados por su ira, rencor y odio, guiados hacia una profunda...
Shura despertó, estaba cansado, trato de ponerse de pie pero sintió algo sobre su pecho, cuando vio bajo la manta notó que Emma seguía dormida, estaba abrazada a él, Shura no quiso despertarla así que se quedó un tiempo así, en unos minutos ella despertó, la mañana transcurrió normal, ambos desayunaron y se dispusieron a salir, caminaron por la ciudad hasta llegar a casa de Shinji, esperaban que estuviera allí pero no era el caso, Emma le pidió a Shura que fueran al centro de operaciones samurái para ver si tenían alguna misión para ellos, al llegar todos notaron la presencia de Shura, la mayoría lo había visto cuando peleó contra aquel demonio en Tokio, Shura estaba incómodo por las miradas de las personas, buscó la manera de relajarse para poder controlar mejor sus emociones, llegaron a donde la encargada del lugar, Emma le pidió a Shura que esperara mientras ella buscaba alguna misión, en unos 10 minutos aproximadamente Emma regresó con una sonrisa, les habían ordenado una misión de reconocimiento, debían ir hacia el este de Hirata, cerca de donde antes se encontraba la Hacienda Ashina, Shura tenía curiosidad de ver aquel sitio mientras Emma estaba emocionada por su primera misión oficial.
Ambos estaban en la salida de la ciudad, el centro de operaciones les había proporcionado dos caballos para poder viajar, el de Emma era un caballo gris mientras que el de Shura era una yegua negra completamente.
-¿Tienes las provisiones? - Diría Shura subiendo a su montura.
-Si, no te preocupes. - Subiendo al suyo. - Vámonos.
-¡Si!
Ambos salieron en dirección al este, el viaje fue fácil, aunque estaba lejos no hubo incidentes así que solo faltaban unos kilómetros cuando la noche cayó, decidieron hacer un pequeño campamento, sacaron las provisiones y comieron, Shura preparó una pequeña cabaña para poder descansar, Emma se acostó, en cuanto a Shura, él estaba haciendo guardia, observaba el fuego cuando comenzó a sentir una presencia acercándose a él, aunque era peligroso Shura no sacó su katana pues sabía de quien se trataba.
-¿Qué haces aquí? - Shura lo miró fijamente, el tenía una mirada sería.
-¿Porqué esa hostilidad hacia tu verdadero ser? - Aquel que estaba frente a Shura no era otro que él mismo, aunque se podía notar que no era humano.
-Tú no eres yo... regresa a donde perteneces.. Ashura. - Shura se puso de pie sacando su katana y apuntandola hacia él.
-¿Crees que podrás hacerme algo? Si yo muero tu también lo harás. - Ashura sonrió para acto seguido sacar su katana, esta estaba bañada en sangre.
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Ambos se quedaron quietos mirándose fijamente, estaban esperando el momento para atacarse sin piedad, de pronto Ashura sonrió y guardó la katana.
-Eres increíble Shura.. de todos los descendientes que han habido eres el único que vivió lo suficiente para poder enfrentarme. - Comenzó a acercarse a él, Shura seguía firme, no sabía que tramaba. - Tranquilo.. por ahora no haré nada, quiero saber cómo terminará esta historia, eso sí.. recuerda esto.. un día tendrás que decidir y ahí será cuando entre yo. - Una gran nube de sangre se levantó alrededor de Ashura. - Adiós Shura. - Ashura sonrió y así desapareció.
