Izuku: Si, mamá, no te preocupes, llevo todo. -con una mirada blanda y una cálida sonrisa.Inko sentía que estaba a punto de quebrarse, algunas lágrimas la traicionaron resbalando por sus mejillas. Izuku notó esto y tampoco se pudo contener, se lanzó a abrazarla.
Ambos comenzaron a romper en llanto. Inko porque su hijo ya iba a salir al mundo solo, sin ella. Izuku porque dejaría a su querida madre sola en casa, no le emocionaba la idea visitarla poco pero intentaría balancear su tiempo para estar al menos tres veces por semana con su madre. Madre e hijo todavía estaban abrazados en un ambiente silencioso en el que no necesitaban palabras para expresar cuánto se extrañarían, hasta que la madre se separó del abrazo.
Inko: Bien, Izuku, no se te vaya a hacer tarde con tu novia y la escuela. -mientras limpiaba sus lágrimas.
Izuku: Sí -dispuesto a salir toma su maleta y mochila, avanza tres pasos fuera de la casa y se detiene-. Te extrañaré, mamá. Te visitaré pronto con Uraraka. -con una sonrisa.
Inko sonrió con mucha alegría.
Inko: También te extrañaré, Izuku. Cuídate, ¿De acuerdo?
Izuku: Sí. No te preocupes, mamá.
Inko: Te quiero, Izuku.
Izuku: Te quiero, mamá. -con una mirada blanda.
Y con eso, Izuku empieza a caminar en dirección a la casa de su novia, mientras su madre lo observa alejarse. Cuando ya no lo puede divisar decide cerrar la puerta, esperando que tenga cuidado.
Después de poco tiempo de caminata Izuku logra observar a su novia saliendo de su casa, éste se acerca mientras ella cierra la puerta con seguro.
Izuku: Hola, Uraraka. ¿Cómo amaneciste? -con tono alegre.
Uraraka: Muy bien, aunque emocionada por los dormitorios -admitió la castaña-. ¿Qué tal tú? -con una sonrisa.
Izuku: Apenas pude dormir anoche de la emoción -con una mirada tierna-. ¿Uh? ¿Empacaste todo lo que necesitabas? -mirando las dos maletas de su novia.
Uraraka: Si, llevo algunas cosas de uso diario y ropa.
Izuku: Bien, déjame ayudarte. -ofreció.
Uraraka: Deku, ¿Que te dije de ahorrar fuerzas para los entrenamientos? -reprochó.
Izuku: ¿Uh? Solo voy a ayudarte con las maletas, no es nada malo. -insistió. Uraraka negó con la cabeza.
Uraraka: No, Deku. Yo voy a llevar mis maletas. Además, si es que alguna de las maletas estuviera pesada usaría mi poder. -razonó.
Izuku: Al menos te ayudaré con una -Uraraka estaba a punto de replicar pero el peliverde se adelantó-. Y no acepto un no como respuesta, amor. -dándole un rápido beso en los labios.
Uraraka: Está bien. -en un suspiro, un poco sonrojada por el apodo que le dijo.
Izuku: Ven, vamos. -tomando su mano, entrelazando sus dedos. La maleta del peliverde era pequeña, al igual que la de Uraraka, así que fue fácil sujetarlas con una mano.
En el camino charlaban y se preguntaban que tipo de entrenamiento para héroes harían. Llegaron a la estación y subieron en el primer tren que pasaba por su destino. Algunas personas se les quedaron viendo, en especial un grupo de chicas. El peliverde y la castaña lo notaron pero los ignoraron. Tal vez eran un grupo de fans de los héroes, pensaban, o quizás escucharon de las hazañas de Deku como héroe, creían, también probablemente sabían algunas caras de la U. A. Lo cierto es que esperaron que las miradas fueran momentáneas.
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Solo nosotros, siempre. (IzuOcha)
Fiksi PenggemarIzuku y Uraraka han quedado castigados por llegar tarde. ¿Cómo no podría surgir el amor que sienten por el otro? Adevertencia: Recomendado para mayores de 16. Discreción por parte del público. Escenas lemon. Si eres sensible en esto, no entres a la...