Hey, one of these days we'll all get by — Blue World
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ella se mantenía firme ante su promesa que ella hizo con él, era el seguir adelante, sonreír como él amaba verla pero también recordarlo todo el tiempo, aún recordaba como él siempre la hacía reír cuando ambos esperaban a Mikey y Draken no había podido acompañarlo, sus chistes malos, pero, también recordaba cada pelea que le contaba, partes de su pasado cuando ella lo pedía, y más que nada los sueños que también pedía escuchar.
Una extraña sensación llegó a ella en un momento de su rutina, cuando estaba por salir a llevarle unos nuevos cigarrillos a él, se sintió mal, mareada sin motivo, lo bueno que Shinichiro estaba en casa que cuando la vió, corrió a su auxilio, llevándola a descansar a su habitación, el mayor de los hermanos no se quedaría tranquilo así que fue a hablar con su abuelo y este dijo que no se alejaría de ella hasta ver qué mejore.
Mientras la rubia sentía que su cabeza daba vueltas y para que eso dejara de pasar decidió dormir un poco, y ahí estaba un extraño sueño dónde veía al castaño pelear, dónde esté les decía que a una dama no se le debía de intimidar, siguió pensando que todo era un sueño hasta que vió como él limpiaba la sangre de sus nudillos con la playera de uno de los desmayados, y sin poder hacer nada solo vió esa espalda que siempre que se ponía frente de ella le daba paz y seguridad.
Por más que fuera un sueño ella se apoyó en la pared que tenía cerca, hace meses que no lo veía como en aquel sueño, cuando estaba por correr tras él, llegaron esos dos rubios preguntando si estaba bien, ella solo asintió y buscó esa espalda ya no estaba, así su día siguió, su recuerdo siguió, pero no entendía porque no despertaba.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No pasó mucho cuando ese castaño volvió, pero, ahora estaba acompañado de esa chica que siempre recurre a él cuando se arrepentía, y por fin pasando por un mostrador pudo ver qué estaba en aquel cuerpo de ella cuando tenía apenas 12 años, ella recordaba al menos haber cumplido 16 años y con esos cuatro años ver su cuerpo irse desarrollando, tenía miedo de lo que pasaba, y como lo hacía cuando él estaba con ella, corrió a él y se abrazó desconociendo que en ese momento ellos no sabían nada del otro.
— Oye rubia, ¿Te puedes separar de mi novio? – Eso hizo que ella recapacitara y sin moverse veía una mano dirigirse a ella, pero, sujeto de la muñeca y empuja la mano. — ¿Qué acaso la conoces Kōji? De seguro es una de tus tantas fans y con ella sales cuando cancelas nuestras citas.
Ella pudo ver cómo esos ojos que tanto extrañaban la veían y puso los ojos en blanco ante las palabras de esa adolescente. — Sería un honor ir con ella por ahí, pero lastimosamente estoy obligado a ir contigo y no, no la conozco, pero, no voy a permitir que andes golpeando a todo el mundo, reza más a tus ancestros para que me den paciencia, se me quitaron las ganas de seguir aquí, cuídate Seiren. – Como pudo él caminó con ella y un poco lejos de ahí la ambos ojos amarillos se vieron. — Hola Emma. – Escuchar su nombre hizo que a ella se le nublara la vista.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.