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I was all alone with the love of my life
— Golden Hour

La rubia quien estaba en aquella habitación comenzó a despertar, no sabía cómo había llegado ahí, solo recordaba cómo lloraba desconsoladamente enfrente de esos dos castaños, corrió a verse en el espejo de aquel baño viendo como estaban rojos y un...

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La rubia quien estaba en aquella habitación comenzó a despertar, no sabía cómo había llegado ahí, solo recordaba cómo lloraba desconsoladamente enfrente de esos dos castaños, corrió a verse en el espejo de aquel baño viendo como estaban rojos y un poco hinchados sus ojos, se enjuago su rostro refrescando este, y cuando bajó para enfrentar al castaño, se quedó a mitad de las escaleras escuchando una voz femenina.

— Así que ella es la famosa Emma, ¿No la ibas a presentar a tu prima favorita? – Decía con burla esa mujer.

— Es con tiempo, tonta, pásame la taza que tienes al lado, no sé cuánto tiempo esperó afuera, y según recuerdo prefiere un té para calmarse. – Mencionó aquel castaño esperando que le pasara el objeto pedido.

— Yo también esperé afuera y creo que más a ella, ¿Para mí no hay una taza de té? Aparte, esta taza no es como las demás que tienen, ¿Acaso la compraste para ella? – Cada palabra hacía que el corazón de la rubia latiera más rápido.

— Dijiste que eres mi prima favorita, siempre invades mi casa así que tienes manos y sabes donde están los utensilios, tonta. – Y por fin aquella taza llegó a sus manos, recordó cómo había comprado aquella taza. — Si – Eso hizo que la femenina lo viera con interrogación. — Si, la compre para ella, a ella le gusto y cada que ella viene es la que usa, es especial para mí, así que, no la asustes, porque creeme soy capaz de encerrarte con Seiren, total son mejores amigas. – Unas palabras para que ella pusiera cara de asco haciendo que él ría.

— Tú haces eso y le digo a tu Emma que te gusta y no solo eso sino que muestro aquellas fotos que guardaste bajo llave porque son vergonzosas, pero especiales, tanto que mi tía aún las busca para ponerlas en un nuevo álbum. – Con una sonrisa de victoria se iba a servir de aquel té.

— Primero Emma, estúpida, ella es invitada y tú una intrusa

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— Primero Emma, estúpida, ella es invitada y tú una intrusa. – Y ambos iban a pelear como de niños lo hacían pero aquella rubia los detuvo. — Emma te hice té, no sé cuánto estuviste fuera, así que, mejor entra en calor antes de que te puedas enfermar, recuerda que estamos entrando en otoño. – Ella se sentó en uno de los asientos de aquella barra y él le colocó esa taza blanca con trazos de flores color magenta.

𝐂𝗁𝗈𝖼𝗈𝗅𝖺𝗍𝖾 𝐂𝗂𝗀𝖺𝗋𝖾𝗍𝗍𝖾𝗌 [𝗘𝚖𝚖𝚊 𝗦𝚊𝚗𝚘] #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora