Capítulo 16

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Estaba sentado en el piso de su habitación, rodeado de pequeños anillos y manillas, hechas por él mismo, mientras veía unas cuantas fotos que tenía en su celular del castaño, ¿Cómo las tenía? Las encontró en instagram, las había encontrado en la tarde de ese día, y se le ocurrió la idea de hacerle un anillo de un pollito, para que él castaño la usara y la combinara con su ropa (en la que se había inspirado para intentar hacer el anillo), pero no le quedaba como él quería, así que, intentó hacer manillas, pero tampoco le salieron. Suspiró, estresado de que no le saliera nada de lo que intentó hacer.

Levantó un poco la cabeza para mirar la hora, y se dió cuenta que eran las 11:27 de la noche, se levantó de donde estaba exaltado, acordándose de que debía levantarse temprano para recojer a su amigo Aquino, ya que, había confirmado su ida a Lima, contento se acostó en su cama luego de arreglar el desorden que había dejado con el intento de anillos, y cerró los ojos, sabiendo que al día siguiente vería al chico que tanto ama.

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—Pero... ¿Si vas a venir?—

—Sí Duxo, te lo he dicho más de siete veces, sí voy a ir a Lima.—Suspiró cansado.—¿Por qué preguntas tanto?—Cuestionó desde la otra línea.-

—Pues, ya sabes, tengo que hablar con alguien para poder ir a buscarte.—Mencionó—Ademas de que dijiste que vendrías temprano ¿A qué hora es el vuelo?-

—Eh, el vuelo es a las ocho.—

—¿¡Y para eso madrugue!?—Se quejó.—No, no, no, ¿Cómo puedes aprovecharte así de mí?—Sollozó.

—Tú lo que eres es un dramático.—Recalcó.—Ya casi es hora del vuelo, debo irme, adios Duxito—

Al escuchar el apodo, su corazón dió un vuelco, mientras sentía cómo su cara se calentaba.—Ahh, adios, Aquinito.—escuchó risitas desde la otra línea, para que luego, se cortara la llamada.

—Ese weon me va a volver loco.—murmuró para sí mismo, para levantarse de la pequeña silla donde estaba sentado, para empezar a organizar su hogar.

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—Que aburrido...—balbuceó, mientras veía el cielo desde la ventana del avión, estaba ansioso, volver a ver al chico que lo tenía enamorado, tener que quedarse en casa de éste, y peor, tendría que poner excusas para ir a recibir tratamientos al hospital.

Suspiró, cansado de tanto pensar, la noche anterior no había dormido nada, con los nervios a flor de piel, recordando una y otra vez el beso que compartieron, obviamente no iba a mencionar sobre ese tema, no quería que el ambiente entre ellos se hiciera incómodo.

Sacó un pequeño cuaderno que estaba dentro del bolso que tenía en su regazo, para escribir otro poema, tenía que aprovechar el viaje para hacerle algo a Duxo, y eso era lo que haría, un poema, un poema sobre esos bellos ojos violetas que tanto admira. No se lo iba a mostrar, pero lo tendría ahí para admirarlo y siempre que lo leyera se acordara del bello chico del que se enamoró. Agarró un lapiz, y dejo ir su imaginación en esa hoja, hablando entre rimas sobre esos bellos ojos violetas, tal vez, así el  tiempo del viaje le pasaría más rápido.

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—¡Aquino!—Gritó una voz que enseguida reconoció, dándose la vuelta, soltando las dos maletas que tenía en mano, y empezando a correr hacia el chico que había gritado su nombre.

—¡Duxoo!—Recibió un fuerte abrazo, los dos chicos emocionados de volverse a ver.—¿Cómo has estado? Te extrañe mucho.—Empezó hablando el Oji violeta, separándose del abrazo que compartía con el castaño.

"Hacerte Sentir Estrellas" | DuxinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora