Después de varios minutos, el castaño fue a la sala en la que se encontraba Duxo, este parecía un poco incómodo pero no quiso preguntar nada. Se sentó a su lado, y se quedaron en un silencio incómodo.
—¿Qué tienes?—Le preguntó Aquino confundido, al verlo tan pensativo.
—Nada, tranquilo.—Le respondió para luego voltear a mirarlo.—¿No tienes algo que decirme, Diego?—Le preguntó con una mirada preocupada, si el chico estabs esperando algún momento para contarle sobre su enfermedad, quería que fuera en ese momento.
Se tensó al escuchar que lo llamó por su nombre.—No, Duxito ¿Por qué?—
—Por nada, tranquilo.—Bajo la mirada a sus propias manos, pensando en que tal vez el castaño no sintiera la suficiente confianza para contarle.
El ambiente era tenso, ninguno de los dos hablaba, era un silencio tan incómodo que no sabían como romper, el azabache solo estaba perdido en sus pensamientos, sin poder procesar lo que había leído.
El oji miel volteó a ver la mesita decorada, no era algo muy elegante y exagerado, pero le pareció un gesto tierno, las flores colocadas en la mitad de la mesa, junto con dos platos talados con una tapa para que no de enfriaran, era algo sencillo pero decidió decir lo que penaba.
—Me parece muy lindo el detalle.—Expresó con una cálida sonrisa.—Muchas gracias por todo lo que has hecho por mi.—
El azabache salió de sus pensamientos y volteó a verlo, no podía obligar al castaño a que le dijera sobre eso, tal vez estaba siendo muy egoísta, y no quería volver a pelear con su novio, así que, le devolvió una pequeña sonrisa.
—Sí, lo hice para tí, espero que te guste. La verdad, he pensado que luego de comer podemos ver una película en mi habitación.—
—¡Claro que sí!—Exclamó con alegría.—Vamos a comer entonces.—Agarró las manos del oji violeta y lo levantó del sofa haciendo que este soltara algunas carcajadas.
Los dos se sentaron en la mesa y empezaron a comer, Aquino no sentía nada de apetito, pero no quería incomodar a su pareja, en parte ya de le notaba tenso, y no quería hacerlo sentir peor.
Comieron en un silencio que ciertamente fue comodo para ambos, no sabían de que hablar, y Duxo solo pensaba en ese tema.
—Oye, Duxo. La verdad te he notado bastante tenso.—Hizo una pausa.—¿Te pasa algo?—Volvió a preguntar
—No, Aquino, no te preocupes, solo estoy estresado por algo de la universidad.—Mintió mostrando una falsa sonrisa.
El castaño solo lo miró preocupado y siguió comiendo.
Cuando terminaron, los dos chicos se levantaron de la mesa y llevaron los platos sucios al lavaplatos, y el oji violeta pensó en que sería buena idea que su acompañante durmiera en su habitación, ya que, se notaba a lenguas que no dormía casi.
—Oye Lindo, ¿No te gustaría dormir hoy en mi cuarto?—Preguntó de la nada mientras volteaba su cabeza para mirar al chico que se encontraba lavando los platos.
El castaño lo volteó a ver mientras pestañaba sorprendido.—No lo sé, ¿Eso no te incomodaria?—
—¡Claro que no! Me gustaría que solo por hoy durmieras conmigo—Hizo una pausa.—Me he dado cuenta que has estado bastante cansado, además de que me gustaría estar contigo.— El castaño sonrió tiernamente y asintió.
La pareja se quedó sentada hablando sobre su día, el azabache de vez en cuanto le preguntaba indirectamente sobre la enfermedad, pero el castaño no lo entendía.
ESTÁS LEYENDO
"Hacerte Sentir Estrellas" | Duxino
أدب الهواة"Diego Aquino, es un chico al que le encanta escribir poesía, pero llega un momento en el que pierde esa chispa que tiene para escribir... ...Duxo Rethey, alguien que se enamora fácilmente y desordenado, esta soñando con tener una pareja que lo haga...