Me desperté sin querer salir de lo calentita que estaba mi cama, sentía que me abrazaba, pero lamentablemente, tenía que levantarme para trabajar. ¿Así se sentía ser un adulto? Hice un gesto con mis hombros restándole importancia a mis pensamientos y me levanté para tomar una ducha fría, para espabilar, me lavé mis dientes y me vestí con un pantalón de vestir negro y una camisa blanca abotonada, para variar, ¿no?
Me dirigí a la sala de control para saludar a Ego y lo mismo de siempre.— ¿Hoy con traje? — Dijo elevando una ceja, algo extrañado, sabe que me encanta esta ropa, pero no suelo usarla un día cualquiera.
— Seh, para variar. — Dije restándole importancia. — Me voy a desayunar ahora, ¿te parece? — Dije señalando la puerta para salir de la habitación.
— Como quieras. — Dijo volviendo a los monitores. Solo me retiré despidiéndome de él.
Al llegar al comedor vi a Rin sentado, impasible, saqué mi desayuno de mi ventana, hoy tocó omelette con latte de caramelo calentito, un desayuno exquisito. Me acerqué a Rin y me senté a su lado sin decir palabra alguna, él ni dirigió su mirada hacia mí, solo resopló pesado.— Lo prometido es deuda, ¿cómo te fue en el partido de ayer? — Dije sonriendo brillante, hoy me levanté de buen humor.
— Ganamos, el resto son una banda de incompetentes, solo era porque hacía goles. — Dijo seco, sin emoción alguna en su voz, yo reí un poco.
— Como era de esperarse, felicidades. — Dije sonriendo con suficiencia mientras daba un bocado a mi omelette, estaba sabrosísimo. Y el contraste dulce-amargo del café hacía más ameno el desayuno. No iba a hablar más, Rin no era muy hablador y no estaba de humor para molestar a nadie.
— Es la primera vez que te veo con la boca cerrada. — Dijo mirándome de reojo. Yo simplemente subí mis hombros.
— Hoy no estoy de humor para molestar a nadie haciendo de cotorra parlanchina. No hoy, por lo menos. — Dije tomando otro sorbo de mi café. Desayuné con él en silencio, yo disfrutando su indiferente compañía y de su parte ni idea, él era, por ahora, ilegible. El término de desayunar y se retiró sin decir palabra. Terminé mi omelette y fui a la cocina para lavar mis cosas, salí de la cocina y me dirigí con Ego, no tenía nada que hacer y había adelantado todo el papeleo que tenía.
— No ha llegado papeleo para ti hoy, así que estás libre. — Dijo haciendo un ademán con la mano diciendo que me podía ir, pero al darme cuenta que estaba libre una idea para hacer algo en el día se me vino a la mente.
— ¿Puedo invitar al equipo con el entrenador? Creo que podría organizar una práctica con el equipo. — Dije apoyándome en el posabrazos de la silla de mi hermano.
— Supongo que no habrá problema mientras tú te encargues de recibirlos y guiarlos a la cancha. — Dijo sin despegar su mirada de los monitores.
— Entendido, los invitaré. — Saqué mi celular donde estábamos las 12 chicas del equipo titular y el entrenador. Mandé un mensaje que decía que si podía cambiar el lugar de entrenamiento por hoy y mandé la ubicación de Blue Lock para que sepan dónde estaba el lugar que ofrecía.
El entrenador respondió que mientras para las chicas quedase cómodo no habría problema y yo festejé internamente por eso. Las chicas fueron respondiendo una a una diciendo que podían, las que tenían problemas con el transporte dije que podía mandarlas a buscar sin problemas y agradecieron porque tenían curiosidad del sitio y no podrían ir si no fuera porque mandaría un auto a buscarlas. Sonreí a la pantalla, realmente contenta porque por fin entrenaría luego de 2 semanas, aunque practiqué alguna que otra vez contra la pared y eso no era lo mismo que con el equipo completo, partido o técnica con el entrenador… O físico… Dios maldiga los entrenamientos físicos. Fui de una corrida a mi habitación a cambiarme a mi ropa de vóley. Unos shorts de licra negros ajustados con una remera deportiva, fui al comedor a buscar una manzana, tenía algo de hambre y debía estar bien alimentada para hacer deporte… Aunque fuera a las 4:30 de la tarde que vendrían las chicas, pero bueno… La emoción hizo que me preparase desde antes.
Mientras me sentaba sobre una mesa viendo que nadie estaba en el comedor, me quedé pensando, intentando de decifrar qué entrenamiento nos haría hacer el entrenador hoy, y al ser tan lejos sería, seguro, un entrenamiento prolongado, pero no me molestaba, voy corriendo siempre de acá para allá, el físico no lo pierdo.
Pisadas se acercaban de uno de los pasillos y eran Zantetsu, Reo y Nagi en la espalda de Reo. Reí ante la escena de un chico de 190 cm. Que parecía un bebé grande siendo cargado a caballito por su amigo. Los saludé con la mano y se dirigieron a la mesa donde estaba sentada.
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|•Soft Cheeks, Strong Feelings•| [Blue Lock Fic]
Fanfiction- Jin, ¿Por qué razón quieres que trabaje contigo en Blue Lock Project? - Dije tranquila, esa pregunta me carcomía la cabeza desde que acordamos que trabajaría en su proyecto para encontrar al mejor delantero de Japón y del mundo. - A...