Capitulo cuatro:

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Al día siguiente.

Las clases para Victor fueron normales, aún que le hubiera gustado volver a tener esgrima. El evitaba a toda costa a su directora. Cuando la miraba en los pasillos se iba a otra parte, aún cuando tenía que tomar caminos más largos para ir a sus clases, cuando el miraba que ella se le acercaba se unia a la plática con algunas chicas haciendo que su directora se fuera, y en la tarde cuando terminaron todas sus clases se fue con un compañero suyo que conoció a su habitación para no encontrarse a su directora otra vez.

—Segundo día y ya tenemos mucha tarea—se quejo su compañero que se encontraba en su cama acostado.

—Deberias empezarla si quieres terminarlas todas—contesto Victor desde su escritorio haciendo su tarea.

—Veo que eres alguien responsable, ¿Y si me pasas la tarea?—

—No

—por favor Victor, pásame la mitad de tareas y te prometo que ya la otra mitad lo hare yo—suplico.

—¿Y qué ganó yo a cambio, Tom?—dejo de escribir y miro de brazos cruzados a su amigo que estaba en la cama.

—Una gran amistad—contesto Tom con una gran sonrisa.

Victor bufo con molestia, pero parecías pensarlo, tal vez hacer su primer amigo no estaría tan mal.

—Bien—acepto.

—¡Eres el mejor!—halago Tom—Te prometo que no te arrepentirás de tenerme como amigo—.

Volteo sus ojos y siguió haciendo su tarea sin responder, ¿Será tan difícil tener un amigo?, El esperaba que no, aún que sabía que le sería difícil adaptarse, al menos lo intentaría.

El sol se había ocultado hace unas horas, ambos seguían en la habitación de Víctor, pero está vez Tom se encontraba en su escritorio y Víctor acostado en su cama.

—Te dije que lo hubieras empezado desde la tarde—

—No importa, la mitad las tengo gracias a ti, solo tengo que terminar la otra—contesto Tom con frustración.

Victor miro su ventana que tenía de su lado izquierdo, desde afuera se escuchaban aullidos de lobos.

—Hoy es luna llena—susurro—¿Por qué no te estás transformando como los demás?—le pregunto a Tom.

—A diferencia de los desmas, yo puedo controlarme—dijo Tom con arrogancia—. Puedo transformarme cuando quiera—.

Los ojos negros de Víctor se posaron a su amigo Tom, que estaba de lado suyo en su escritorio haciendo lo más rápido posible su tarea. Tom era un chico muy diferente a el, su piel era un poco morena, cabello castaño claro y corto, sus ojos eran del color como la miel, media 1.76 y era delgado. Su personalidad era muy alegre, y con mucha energía, algo torpe y en opinión de Víctor, le faltaba unas cuantas neuronas. Era todo lo que Victor detestaba en una persona, tan alegre y positivo, y curiosamente es su primer amigo, pareciera que es como una maldición suya encontrarse personas como Tom.

Dos horas después Tom se fue de su habitación, eran las 9:30 pm y no podía seguir más ahí con el, así que se tuvo que ir más por obligación. Victor apagó las luces y se fue a dormir.

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Victor se preparaba para su siguiente día, tenía ya su uniforme puesto, aún que dicidio no llevar su chaleco y mejor su sudadera negra por más comodidad. Ya con su mochila en su hombro iba a cerrar la puerta de su habitación hasta que se fijo en su escritorio, ahí estaba la tarea de Tom-¿Más torpe no puede ser?-miro su reloj, le faltaban 10 minutos así que tenía tiempo, agarró rápidamente las hojas y se fue corriendo hacia su clase.

My Secret Love | Larissa W.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora