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Miguel O'hara está en una azotea de un edificio muy alto, estaba revisando en su bio-impulsador algunas cámaras que tenía instaladas en sus drones, los cuales le ayudaban a vigilar mejor la cuidad.

Estaba tan concentrado en eso, que ni se percató que yo estaba cerca de él. Estaba pensando en que hacer o que decir ahora que me encontraba tan cerca de él, ya que cualquier movimiento puede hacer que me ataque sin pensarlo. Supongo que siempre mantiene la guardia en alto, ya que no tiene sentido arácnido.

Me quedé pensando un momento, hasta que decidí acercarme un poco.

—¡Hola!— dije manteniendo distancia, por si llegaba a atacarme. Miguel tensó los músculos de su espalda, pude verlo ya que yo estaba detrás de él, a un par de metros de distancia.

El confundido me miró por encima de su hombro. Se dio vuelta al verme con mi traje de Spider-Woman puesto, mi rostro estaba cubierto con mi máscara, la cual hacia juego con el resto.

—¿Te conozco?— Preguntó poniendo una de sus manos en su cintura, no pude evitar empezar a sentirme un poco nerviosa, el era atractivo incluso con su mascara puesta.

—E-Eh, no... Pero puede que si.— Digo contradiciendome, vi como el levantó una ceja sin entenderme.— D-Digo, no es que me conozcas, pero puedes llegar a hacerlo.— Me corrijo sentandome en el borde del edificio, con una pose de confianza mientras le sonreía.

—Largo.— Dijo sin más y se volvió a dar la vuelta, siguiendo con lo suyo. Suspiré un poco.

—¿Por qué tan grosero? Solo quería hacerte una propuesta.— Miguel se quedó quieto unos segundos, pude notarlo, pero rápidamente me ignoró y no dijo nada.

—¿Que quieres?— Dijo finalmente unos segundos después, sonreí contenta, pensaba que no iba a decir nada.

—Que seas mi novio.— Suelto sin más, viendo como Miguel se quedaba quieto nuevamente pero sin voltear a verme. Solté una fuerte carcajada al verlo.

—Largo.— Repitió tecleando unas cosas en los hologramas que estaban en frente de él.

—JAJAJAJAJA, ay que risa.— Dije entre risas y tomando aire.— Estoy bromeando, no vengo por eso. Vine para proponerte que seamos equipo. Sé que trabajas solo protegiendo a New York, y quería ayudarte un poco ¿Que dices?

Miguel siguió tecleando sin decir nada, pensé que ya no me iba a responder, pero sus hologramas se fueron, dejándonos solos. El se dio vuelta, viéndome a mi dirección. Me asusté cuando empezó a caminar hacía mi. Cuando estaba a sierta distancia, el me lanzó su telaraña, pero reaccioné rápido y desaparecí de su vista. El miró a los lados buscandome.

—Aquí, tontito.— Digo tocando su hombro varias veces con mi dedo. Estaba detrás de él. Supongo que no logró verme por que apenas le llego hasta los hombros.

—Bueno, al menos eres rápida.— Dijo cruzándose de brazos, viéndome de arriba a abajo.

—Mis ojos están aquí.— Me burlo apuntando los ojos de mi mascara. Sé que no me estaba viendo de mala forma, solo me estaba analizando.

—¿A que se debe esta repentina oferta? Nunca te había visto por aquí.— Preguntó viéndome a los ojos.

—Quiero ayudarte a combatir el crimen. Entre más mejor ¿No es así?— Dije encogiendo mis hombros.— Si ambos trabajamos en equipo, puede que los resultados sean mejores.

Miguel se quedó callado, para después pasar por mi lado.

—Trabajo solo, ve a buscar a alguien que si quiera trabajar contigo.— Dijo llegando a la orilla del edificio donde nos encontrábamos, lanzando su telaraña, listo para irse.

Déjame ayudarte, Miguel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora