Minho jamás tuvo el deseo de enlazarse con nadie, de hecho disfrutaba mucho ser el alfa libre que era hasta ahora. Sin embargo, cuando estar legítimamente casado representa un requisito para heredar la empresa familiar no tiene otra alternativa más...
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"En otras noticias con respecto al mundo de la farándula, esta mañana el importante heredero de Beauty Lee y modelo, Lee Minho, ha declarado en una entrevista exclusiva con la revista seventeen que está felizmente comprometido."
"El soltero más codiciado de toda Asia finalmente concede una entrevista donde aclara los rumores y anuncia su compromiso a la prensa."
"Aún no sabemos la fecha exacta de la boda del año, pero tendremos más detalles pronto."
"El famoso modelo y futuro presidente de una de las marcas de cosméticos mejor posicionadas en el mercado ha dado el sí con un diseñador de modas desconocido, ¿qué tendrá de especial este chico para amarrar al alfa más deseado de Corea?"
Jisung ha escuchado mucho de esos titulares desde primera hora de la mañana, en las redes sociales como en los canales de noticia era el único tema de conversación. Sabía la repercusión que el compromiso de Lee Minho tendría una vez que se hiciera público, pero no pensó experimentarlo tan pronto. Todavía quería su paz mental antes de que las criticas le estallaran en la cara ahora por ser el omega oficial y futuro esposo de Minho.
La taza de té entre sus manos temblorosas se ha enfriado. Se supone la manzanilla calmaría sus nervios, o eso es lo que le había dicho Seungmin cuando se lo preparó, pero no pudo beberse ni la mitad, y la ansiedad solo parecía expandirse más y más, llegando a los rincones más ocultos de su ser.
La reunión con los publicistas estaba a una hora y media de llegar, y no se encontraba en su mejor estado, tampoco se había vestido adecuadamente y su cabello rubio caía en mechones desordenados que solo se arreglarían con spray fijador.
Después de repasar sus opciones mentalmente por un largo rato y preguntarse que tan malo sería faltar, decide que no puede darse ese lujo cuando apenas está empezando y menos por algo que sabía que pasaría tarde o temprano.
Se levanta de su cama arrastrando un suspiro y los pies por el piso de su habitación. Deja la taza sobre su mesita de noche, tomando en su lugar dos toallas, una para secarse el cuerpo y otra para su cabello. Necesita una ducha fría, eso posiblemente lo ayude a despejar mejor su mente y liberarla de pensamientos que solo inquietaban a su lobo y lo llevaban a mordisquearse los labios con insistencia.
El agua lo relaja y se lleva parte de la tensión por la coladera, aunque no tanta como le gustaría; la presión sobre sus hombros sigue presente de una forma menos perceptible, pero igual de incómoda. El jabón con aroma floral le agrada a su lobo que ronronea al olfatear su propia piel perfumada.
Pasa un largo tiempo bajo la regadera hasta que decide que es momento de arreglarse para su junta. Mechones húmedos caen sobre su frente obstruyendo su vista a medias, se envuelve la toalla alrededor de la cadera y con la otra seca su cabello llevándolo hacia atrás.
Elegir un atuendo no fue difícil, especialmente porque lo había tenido en la cabeza antes de irse a dormir la noche anterior. Lo que menos quiere ahora es llamar la atención por lo que una camisa blanca junto con una gabardina café está bien para él; lo suficientemente discreto para pasar desapercibido, pero con el estilo para no verse como un simple ejecutivo aburrido.
