Capítulo 18.

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La luz que se filtra a través de sus párpados le hace recobrar la consciencia a medias, un quejido gutural zumba a través de su boca cerrada; su cuerpo se remueve sobre la suave superficie, pero sin mucho éxito gracias a unos brazos fuertes que lo...

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La luz que se filtra a través de sus párpados le hace recobrar la consciencia a medias, un quejido gutural zumba a través de su boca cerrada; su cuerpo se remueve sobre la suave superficie, pero sin mucho éxito gracias a unos brazos fuertes que lo sostienen por la cintura.

Ante el reconocimiento, Jisung abre los ojos de golpe.

Se queja de nuevo porque siente una pequeña molestia en los ojos debido a la luz solar que se pasea entre las cortinas. Lo primero que nota es el ventanal con balcón a su derecha, culpable de la fuerte iluminación en el cuarto. No reconoce en donde exactamente es que se encuentra, pero por la estructura y la decoración elegante supone que está dentro de un hotel en alguna parte del mundo.

Mierda, apenas son las putas nueve de la mañana. Lo sabe porque es la hora que marcan las manecillas en el reloj de la pared. Podrá tener una muy molesta resaca, pero no está tan mal como seguramente se ve. Se maldice tres veces porque ni siquiera hoy pudo descansar hasta después del mediodía.

Trata de dormir nuevamente ocultando la cara en su almohada mientras busca una posición más cómoda, aunque no puede ignorar el toque directo de los dedos tibios sobre su vientre desnudo; eso lo desconcentra de su tarea y el agarre tampoco le ayuda a tener mucha movilidad en el colchón. Al menos el suave olor matutino de la menta y el chocolate es suficiente para mantenerlo relajado.

No recuerda muy bien que pasó la noche anterior después de ver a Minho firmando los papeles, y honestamente prefiere tratar de olvidarse de eso. Lo que si sabe es que se emborrachó como un loco, bailó hasta el cansancio y fingió tantas sonrisas que las mejillas se le entumieron.

Tiene imágenes borrosas del azabache cargándolo para subir a un avión, después de eso no hay nada más que un pozo oscuro sin fondo que será llenado con todo su arrepentimiento.

Está al tanto de su dolor de cabeza provocado por la resaca, misma que no quiere atender; prefiere ser envuelto en los brazos de Morfeo, aunque a decir verdad se le está dificultando ahora que nota la respiración del hombre a su lado golpeando suavemente su nuca. Puta madre.

Con miedo levanta la sabana que cubre la parte inferior de su cuerpo no queriendo confirmar las ideas que rondaban en su mente. Jisung se muerde los labios en anticipación y un suspiro abandona su boca, relajándose cuando nota que trae los pantalones del día anterior, y Minho trae unos boxers.

Una parte de él se siente bien, la parte humana que estaba hecho un desastre de emociones, pero su lobo está algo decepcionado. ¿Decepcionado por qué no cogieron en su noche de bodas? Era tan patético considerando que ni siquiera eran un matrimonio real. Lo único que los unía era la necesidad y deseo de algo, no había sentimientos involucrados; hacer cosas de pareja, los regalos fuera de contrato y palabras acarameladas de vez en cuando no significaban nada, al menos no de la misma forma para ambos.

Jisung se siente patético por permitir a su omega ilusionarse tanto.

Admiró a Minho gran parte de su vida, se consideraba uno de sus más grandes fans. Era de sus mayores inspiraciones a la hora de hacer un boceto y le parecía atractivo, así que debió imaginarse este escenario cuando puso su firma en aquel papel. ¿Pero cómo sabría que también estaba firmando la sentencia de muerte de su omega? No había manera de que pudiera preverlo, y aun si la hubiera, estaba seguro de que lo hubiera hecho de todas formas.

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⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

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