Nuevo hogar

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Para matar un poco el tiempo al terminar de limpiar su nueva habitación, también decidió limpiar todo menos las habitaciones por que no quería mover nada sin supervicion.

Almorzó y se dio una larga ducha en donde encontró el shampu de rizos y acondicionador de coco del chico para luego encontrar detrás del espejo aceite de coco y Sprite para proteger y fortalecer el cabello, cosa que le hizo gracia, ni si quiera ella se lo cuidaba tanto.

Solo falta que le reze asu cabello, pensamiento que la hizo reír mientras se terminaba de peinar.

De la poca ropa que tenia en su mochila, tomo la blusa que le había comprado su tío Ben para su cumpleaños quince, era la banda favorita de ambos, para acompañarlo con unos leggins negros.

Alas 4:30 estaría llegando la tía Maya con unas bolsas, para luego preguntar si Pavitr había llegado, el cual ni siquiera se había pasado por el apartamento, para luego encerrarse en su habitación por que tenía que hacer medidas para los nuevos diseños.

Ya eran las siete y el chico no había llegado y ella se encontraba en la cama de él sabiendo que en cualquier momento entraría por la ventana por la cual ella había ingresado la noche anterior.

Sus sentidos se activaron al escuchar la ventana abrirse.

El pelinegro ingreso adolorido y la respiración agitada, vestido con aquel traje colorido echo por el, se quito la máscara y se dejó caer en su cama para recuperarse del enfrentamiento que había tenido.

Cuando su respiración se regularizo, abrió un poco su boca para hablar de una manera tranquila ignorando su dolor.

–¿Que haces ahí... Mía? –. Pregunto para luego abrir sus ojos y encontrarse con los ojos azules de la chica los cuales le recordaban ala gema paraíba.

{Paraíba es una de las gemas más valoradas y codiciadas a nivel mundial.}

Gema que poseía su tía Maya ya que había recibido un anillo, un collar y aretes que tenían la preciada gema, cuando se caso con su tío era una tradición que tenían en la familia de su tía.

La chica se encontraba en el techo, talvez le había quitado sus lanzadores y traje pero ella podía escalar un edificio si quería y la fuerza sobre humana tampoco era algo que podía quitarle.

–Te vez terrible.– Dijo con una sonrisa que el le devolvió.

–¿Yo?–. Le respondió con una voz tranquila, acompañada por una sonrisa. –Eres la primera chica que me dice eso.– Respondió el sonriente mientras la miraba aún en el techo.

–¿Estas herido?.– Pregunto rodando los ojos divertida.

El negó con la cabeza.

–Solo.. cansado –. Afirmó soltando un largo susupiro–. ¿Mi tía preguntó por mi?

–Talvez.. –. Respondió vagamente, mientras gateaba en la pared y vajaba para sentarse en la cama junto a él.

–Si mi tía te viera.. llamaría a un monje creyendo que tienes un espititu maligno.

Ella sonrio. –¿Cuantas deidades tienen ustedes?

–Muchas –. Respondió con simpleza.. –. Si no estoy mal son más de trescientos mil.

La sorpresa en la cara de la chica era de esperarase.

–Y ¿crees en todas?.

–Soy creyente de varias deidades pero, ¿Y tu? Con tantas deidades alrededor del mundo ¿crees en alguna Mía?

¿Dios? O ¿deidades?

Ella no creía nada de eso, se hiba más por el lado lógico y científico, pero había descubierto y presenciado tantas cosas que carecían de lógica.

Anomalía (Pavitr prabhakar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora