Lo haré sola

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No habían tardado en estar enfrente de un edificio de 13 pisos, supuso que ahí se encontraba el apartamento del hombre.

–Camina ala par de mi y agacha la cabeza–. Fueron las palabras del hombre antes de entrar y pasar su brazo por lo ombros de la chica.

Ella solo lo miro confundida y no pudo evitar ver ala recepcionista que tenia un enorme aro atravesando su nariz y otros dos atravesando sus orejas, no tenia cabello y estaba llena de tatuajes.
El apreto su agarre en sus hombros al ver que no hacia lo que le dijo, Mía lo vio disgustada pero bajo la cabeza al mirar los ojos del hombre.

Subieron siete pisos en el elevador para caminar ala puerta del fondo, era la número 23.

–Si vas hacer lo primero que te digo que no hagas, mejor dímelo asi te digo lo contrario–. La molestia en su voz era notable. Mía se preguntaba si el hombre era bipolar o algo asi, antes de entrar por la puerta.

Se sorprendió no ver nada de nada, solo el mobiliario del edificio, solo había periódicos y fotos en la mesita de la sala y una de las equinas de esta había un fondo gris con una silla y una cámara enfrente y en el sillón había una laptop... eso era todo.

Ni decoración, ni fotos, incluso en la cocina parecía no haber nada.

–Parece como si estuvieras a punto de irte..

–Si es necesario en cualquier momento, lo haré.

Ella solo lo miro para pasar por la cámara y las luces puestas ahí.

–¿Eres fotógrafo?–. Bromeó riendolevemente.

–Algo así–. Dijo distraído mientras escribía algo en su laptop –. Bien niña siéntate, tengo que hacer unas preguntas antes.

Ella obedeció para luego buscar un reloj con la mirada y encontrarse con uno ya hiban hacer las Siete..

–¿Cuánto nos vamos a tardar?

–El tiempo que necesites para estar satisfecha–. La sonrisa del hombre hizo que terminará de entender que esas palabras tenían doble sentido y solo hizo una mueca.

–Bien.. ¿cuál es tu nombre? de preferencia que no sea el real –. Ella lo pensó un momento, pero.. no cambiaría uno de los pocos regalos que le dieron sus padres.

–Mía Parker.

–¿Cuando veniste al mundo mocosa?.

Ella apretó sus dientes.. Le estaba comenzando a sacar de quicio el tal "S"

–Veinte de agosto del 2006.

–¿Donde naciste?

–En colorado vivi ahi hasta los seis, para luego mudarme a Nueva York con mis tíos.

–¿Tus padres y tíos?

–Muertos.. –. Respondió sin querer especificar nada.

"S" levantó la vista hacia ella para volver haber su laptop.

–Eres igual que batman.

–¿Qué?.

–Huérfana –. La chica apretó sus dientes por la broma de mal gusto, aunque en realidad quería contener la sonrisa en su rostro.

–¿Cuanto tiempo quieres quedarte?

–Dos años..

Realmente no creía quedarse más que eso.

–Ando generoso hoy asi que sean cinco.

Ella no dijo nada no lo corrigio.. igual no importa se hiba ir tarde o temprano.. depues hubieron más preguntas, luego la peso y la midió para restregarle en su cara que media 1.60 y el 1.82.

Ya se encontraba sentada frente ala cámara, se sentía nerviosa nunca le habían gustado las fotos, odiaba el álbum escolar y las fotos de secundaria.

El flash en sus ojos la cegó por unos segundos, que no noto hasta que estuvo cerca, que el hombre se había levantado. Con toda la confianza del mundo, quito su liga, haciendo que su cabello callera en sus hombros. Con más descarades peinar y acomodar su cabello.

–No me mires así – El sonrió por la mirada que parecía querer cortarle los dedos–. Solo te estoy ayudando a que no salgas tan mal.

Ya había dejado de peinarla, pero aún así no se movió de dónde estaba, mantuvieron la mirada hasta que el corto el contacto, para volver con su cámara.

Le había tomado almenos 6 fotos y sentía que se quedaba miope denuvo.

–No llores niña esta es la última, solo sonríe almemos en esta, ¿quieres?

Ella sin pensarlo mucho hizo un intento de sonrisa.

–Parece como si estuviera amenazandote.– Dijo "S" riendo un poco.– Una sonrisa real por favor.

Mía le saco el dedo del corazón para sonreirle lo más falso que pudo.

Haciendo que "S", sonriera con cinismo, ya qué tenía curiosidad de saber hasta dónde llegaba la paciencia de la menor.

–Así que ya conseguí sacarte de quicio -. Dijo riendo un poco-. Vamos piensa en algo que te guste o en una persona que te haga sonreír.

La persona que cruzo en su mente, la sorprendió.

¿Por que pensaba en el?

Se auto convenció que era por que Pavitr la hacía reír y ahora era lo más cercano que tenía.

Y sonrió, el flash en sus ojos, borro esa sonrisa casi inmediatamente.

.....

–Tendré todo en dos días–. Ella miro sorprendida al hombre ya que pensaba que eso tardaría más–. Solo pagame más de la mitad ahora y lo tendré en dos días.

Su sorpresa fue remplazada por una mala cara.

"Descarado" pensó.

Mía saco el dinero y se lo dio de mala gana.

–¿Donde te encuentro?–. Pregunto la de 1.60.

–En el callejón alas Cuatro de la tarde, no llegues tarde.

–"S" Me podrias... ¿conseguir un teléfono? Te lo pagaré al vernos.

El solo asintió para comenzar a cerrar la puerta. Y Mía comenzó a caminar.

–¡Niña! –. La llamo y ella solo se asusto por el grito.

–Mi chaqueta.


















Aveces cuando nos sentimos;
Solos y perdidos y sobre todo heridos
Confiamos más en una persona
Que no conocemos que en las que sí
¿Por que?
La respuesta es simple es...

Por que los desconocidos no tienen derecho de juzgarnos.








Anomalía (Pavitr prabhakar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora