Capitulo 3

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Gun estaba seguro que las cosas solo podrían empeorar así que espero lo peor, por un instante vio su vida entera pasar ante sus ojos y de cierta manera era desilusionante terminar así, nadie puede imaginar como serán sus últimos días pero lo que menos esperaba es que serían de esta manera. Se preguntaba como el mejor día de su vida se había convertido en una pesadilla.

Cerrando los ojos solo espero que la filosa espada penetrara su carne y terminara de una vez, los segundos pasaron en completa agonía y pese a todo pronóstico seguía respirando, gruesas gotas de sudor bajaban por su rostro y pronto todo su cuerpo se encontraba empapado, pero no era sudor lo que mojaba su cuerpo, a estas alturas su mente era tan caótica que no se había dado cuenta que estaba lloviendo y en algún momento la espada se había alejado de su cuello.

-¿Quién eres tu?- la pregunta fue arrojada repentinamente y Gun apenas podía procesarla.

Sus asustados ojos se encontraron con los de su secuestrador, todo su cuerpo de estremeció mientras intentaba formar una oración.

-So...soy Gun- su voz salía casi como un suspiro.

El tipo no dijo nada más, empezó a caminar y mirar de un lado a otro mientras decía cosas que Gun no podía entender. Gun vio una oportunidad en este momento y se apresuro a huir, se puso de pie y empezó a correr por su vida pero mientras más se alejaba más sentía que algo andaba verdaramente  mal, no recordaba que la ciudad en la que vivía había un bosque tan grande y denso como este, se detuvo abruptamente cuando escucho algo parecido al rugido de un león que hizo que su piel se erice de terror, gritos y gritos de personas llegaban de todas direcciones y sin previo aviso una flecha repentinamente rozo su mejilla, la sangre caliente se juntaba con la lluvia y bajaba por su rostro.



Besos en tiempos de guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora