Capítulo 13

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Chimon, un niño de apenas seis años corría de un lado a otro mientras intentaba capturar mariposas, su cuerpo era muy delgado y parecía que volaría con cualquier brisa, su carita tenia un aspecto dulce, digno de un niño de su edad  aunque estaba un poco sucia, su pelo largo se mecía con el viento mientras corría, lo que hacía que su madre quien lo veía a la distancia sonriera con felicidad.

-Chimon, vamos. Es hora de volver a casa y comer- cuando el niño escucho que habría comida corrió inmediatamente alado de su madre.

-¿Comeremos a esta hora?-

-Si, mi pequeño niño- respondio dulcemente su madre.

La señora Liu no se veía mejor que su hijo pero al menos era mas grande y aun tenía la fuerza suficiente para criarlo bien. Con un poco de esfuerzo tomo la canasta de ropa que acababa de lavar en el río en una mano y con la otra a su hijo. Juntos caminaron un largo trayecto hasta llegar al centro del pueblo, antes de ir a casa primero tenía que pasar por la casa de empeño del señor Lee para obtener algo de dinero, antes de entrar busco en su ropa y saco una pequeña bolsa de tela, la miro con nostalgia mientras sus ojos brillaban tristemente.

-¡Mamá, aquí siempre te dan dinero!- Chimon dijo emocionado, cada vez que su madre venía a este lugar y después de obtener algunas monedas habría cosas deliciosas para comer.

La señora Liu dejo la canasta de ropa junto a Chimon y le dijo que la esperara fuera, Chimon obedeció y se quedo esperando con alegría.

-Buenas tardes señora Liu- la saludo el dueño de la casa de empeño en cuanto entro -¿que trae esta vez?- ella vacilo un poco antes de poner la bolsa en el mostrador. El señor Lee la abrió inmediatamente sin contener su curiosidad.

-Esta vez has traído algo bueno- con su buen ojo el señor Lee inmediatamente se dio cuenta que la horquilla para el cabello que traía era valiosa y de un material muy exquisito.

-¿Cuánto puedes darme por ella?-

El señor Lee hizo cuentas mentales, ofreció un precio y a la señora Liu le brillaron los ojos, era mas dinero del que había imaginado, inmediatamente el dolor por deshacerse de aquella pieza se esfumo, seguramente su madre estaría feliz de poder ayudar a que su nieto coma algo bueno al menos unas pocas veces al año.

Cuando salio de la casa de empeño su pequeño seguía en el mismo lugar que antes pero ahora no estaba solo, dos nobles jóvenes hablaban con él, ella inmediatamente camino esperando lo peor.

-Por favor, si mi hijo los a ofendido pido ser castigada en su lugar, solo tiene seis años. Por favor déjalo ir- La señora Liu se arrodillo y pidió clemencia sin antes preguntar nada.

Gun observo a la mujer arrodillada y entrecerro los ojos con disgusto ¿Por qué a la gente le gustaba estar de rodillas?

Chimon quien había estado a gusto platicando con los dos jóvenes se giro hacia su madre.

-Mamá, no he hecho nada malo- dijo él suavemente.

-Señora póngase de pie, solo estaba preguntando algo al niño-

Si su hijo no había hecho nada malo no había razón para que dos jóvenes bien vestidos se acercaran a él, la señora Liu aun tenía sus dudas pero como le han dado la orden de ponerse de pie ella lo hizo y enseguida se aferro a la mano de Chimon mientras esperaba sus palabras.

-En realidad es un poco problemática hablar con niños, me alegra que este ahora aquí- comento Gun casualmente, el niño era muy pequeño por lo que cada cosa que preguntaba no se lo tomaba en serio y respondía según su instinto.

Gun, Win y Buppha habían intentado hablar con otras personas pero cada vez que intentaban entablar una conversación la gente del pueblo inventaba excusas y se iban inmediatamente, cuando vieron a un pequeño niño sentado junto a una canasta Gun pensó que quizá podría sacarle alguna información pero finalmente quedo decepcionado.

-¿Q... qué es lo que quieren saber?- pregunto la señora Liu temerosa.

En realidad Gun tenía muchas preguntas pero se limito a hacer nada mas una           -¿Cómo es su vida?- la señora Liu frunció el ceño. ¿Como era su vida? En realidad era una buena pregunta pero lamentablemente no tenía una respuesta. Cuando era niña soñaba con ser adulta para poder  hacer muchas cosas como aprender a leer y escribir pero a la de edad de quince años su familia decidió que era momento de que se casara y tuviera hijos por lo cual inmediatamente arreglaron su matrimonio y dos años después tuvo a su primer hijo, aquellos sueños que tuvo cuando era niña se esfumaron. Al pasar lo años todo su mundo se vio envuelto en criar bien al niño por lo que no había pensado en como era su vida actualmente y ahora que le preguntaron lo lamento un poco, en realidad era muy vergonzoso hablar de eso.

-Chimon, vamos a casa- la señora Liu ignoro a Gun y rápidamente intento huir -Mamá te comprara carne y arroz para que comas- para no sentirse tan miserable ella decidió que hoy comerían carne, un platillo que había comido solo unas cuantas veces en su vida, la carne es muy costosa por lo que no solo ella no podía permitirse si no la mayoría de la gente del pueblo.

Al ver que esta mujer también huía Gun no pudo soportarlo más. -¡Espera un momento, te hice una pregunta y no me dejaras con la palabra en la boca!- la señora Liu se detuvo un momento lo miro fríamente, no quería hablar de su inútil vida pero si dejaba a este niño rico sin una respuesta podría lamentarlo así que tuvo una mejor idea.

-Joven- ella forzó una sonrisa -solo tiene que ver al rededor y se dará cuenta como es mi vida y la de los demás- la señora Liu y Chimon se fueron dejando nada mas polvo a su paso.

Gun tenía una vaga idea después de haber caminado un poco por el pueblo pero necesitaba la confirmación de las personas.

-Príncipe...-  Buppha a su lado lo llamo mientas Win estaba desesperado por volver al palacio, pensó que haría algo interesante con su primer hermano pero él solo lo había traído de un lado a otro preguntando cosas sin sentido a los pueblerinos lo que le puso de mal humor.

-Dime- le respondió Gun.

Ella pensó duramente antes de poder decir lo que tenía en su corazon.

-La vida fuera del palacio... es un poco difícil, muchas personas solo pueden tener una comida al día, la ropa que usan a veces tiene que ser remendada una y mil veces, las pocas personas que trabajan ganan muy poco y las que cultivan el campo tienen extensas horas bajo el sol, la mayoría de las personas somos analfabetos y apenas pueden pagar el uso de suelo anual donde viven...-

-¡Cállate!- Win estaba cansado por lo que inmediatamente grito.

Gun por otro lado sintió como la sangre le hervía, el palacio era enorme y seguramente había mucho dinero ahí pero la gente de fuera vivía tan miserablemente.
Se supone que el rey Sheng debería vivir para dar orden, seguridad y bienestar a su pueblo pero al parecer él era el único favorecido, no solo él si no toda su familia incluido al dueño original de este cuerpo.

-Se supone que soy el príncipe heredero- dijo Gun para si mismo pero los dos a su lado lo escucharon  -¿cuándo podre tener el control?- Win sudo frío al escucharlo, todos sabían que él heredaría el trono una vez que su padre muriera pero nunca lo había dicho abiertamente.

-Quizá en unos cuarenta años- Gun detuvo abruptamente sus pensamientos cuando escucho a Buppha.

-¡Cuarenta años!- repitió, eso era mucho tiempo y no pensaba pasar demasiado en este mundo.

-Pero si su padre decide pedir el favor a algún Dios para alargar su vida puede ser mucho mas tiempo- Gun pensó que ahora la niña estaba hablando sin sentidos.

-¿Alargar su vida?- repitió Gun nuevamente, Win estaba a este punto furioso ¿su hermano acaso se había vuelto estúpido?

-¡Si, alargar su vida!- esta vez fue Win quien hablo -pero no te preocupes el precio por hacer eso es muy alto y la mayoría de personas no lo hará, puedes estar tranquilo... ya vamos al palacio estoy cansado-

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⏰ Última actualización: Oct 02, 2023 ⏰

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Besos en tiempos de guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora