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Max:

No podía creerlo ella estaba ahí, frente a mí otra vez, ya pude confirmar al menos que el chico era su novio. Aunque no levantó la mirada pude notar que su rostro estaba pálido, parecía que se desmayaría en cualquier momento. Si ella hacia como que nunca me había visto en la vida, lo mejor era no hacer ningún comentario sobre la noche anterior, al menos no en medio de este tumulto de gente. Pasé la mano por la mochila que me colgaba del hombro acordándome del reloj de mujer que encontré en el baño, sabía que era de ella y cargué con él por si un día volvíamos a coincidir.

Tenía la esperanza de que eso ocurriera de nuevo pero no pensé que sería tan pronto.

Definitivamente este no era el momento apropiado para regresárselo. Guardé silencio mientras Jason y el chico hablaban, sin apartar los ojos de ella mientras me seguía privando de tener su atención para mí. Observaba, analizaba la situación y diablos!!! ubiese cambiado hasta mi moto por saber lo que pasaba por su cabeza en estos instantes. Por accidente mi atención cayó en sus piernas y fue subiendo poco a poco hasta sus muslos tapados por la prenda de ropa. Joder! estaba buenísima, incluso Gabi, la chica que me presentó Jason, se quedaba pequeña frente a semejante mujer.

— Max!

— Sí, dime?— dirigí mi mirada al causante de que haya terminado con la película pornográfica que me estaba armando con la imagen de Emma.

— Él es Angel, fue quien ayudó a patrocinar el juego.

Baff, como si me interesara ese dato, de él solo me interesa su hembra.

El chico se dirigió a mí  — Un gusto campeón — extendió su mano hacia mí a modo de saludo, no me quedó de otra que aceptarla — Eres jodidamente bueno, espero jugar contra tí la próxima vez, pareces un buen rival.

Me moría de ganas de decirle que motivos no le faltaban  porque había pasado la noche con su chica, Emma me miró por primera vez y el tono de advertencia en sus ojos era palpable.

— Claro — sonreí de manera hipócrita.

Charlamos por unos minutos y luego ellos se fueron dirección a un carro bastante lujoso, estaba a punto de ignorarlos cuando se detuvieron y él la tomó del mentón para besarla.

— Oye Jason, me voy.

— ¿Qué?¿Tan temprano? Vamos amigo la noche es joven.

Justo en ese momento volví a mirar a Emma y el baboso seguía besándola. Automáticamente me voltié y le pegué un beso a Gabriela en la boca.

— ¡Wow! Amigo tu no avisas — se sorprendió la rubia sonriendo de manera coqueta.

— ¿Qué te parece si terminamos la fiesta en mi casa? — le propuse a ella.

— Me parece perfecto — sus cachetes se sonrojaron levemente.

— Dame un momento, enseguida vuelvo.

Me puse de pie y empecé a caminar a pasos apresurados  hacia el auto del dichoso Ángel. La chica estaba a punto de entrar cuando la tomé por el brazo deteniéndola.

— Ten, se te quedó ayer en mi casa — le ofrecí el reloj con cara de pocos amigos.

Ella me miró y en su frente estaba escrito con letras mayúsculas el: "Te voy a matar hijo de puta"  

Seguramente había metido la pata pero ¿Que más daba?, los celos que sentía por una persona que no estaba vinculada a mí en nada estaban a niveles galácticos, el verdadero Max estaba fuera de sí, solo pude llegar a ver cómo el chico la miró y dijo enfadado — ¡¿Emma, que cojones significa esto?! — su expresión se endureció al segundo y la tensión era más que evidente en el ambiente.

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