05: Osito de peluche

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Otro día en la primaria en dónde BeomGyu y SooBin estudiaban transcurría normal.

Era hora de descanso, y los pequeños estaban en su lugar secreto y seguro, solo que ahora habían dialogado y tomaron la decisión de sentarse en otro lugar ya que el anterior les dejo con dolor en el trasero.

Ahora estaban sentados en el césped mientras tomaban de una cajita de Lugo sabor a fresa y arándanos.

Fresa para BeomGyu y arándanos para SooBin.

— Gyu... T-te traje algo - menciona el rubio mientras deja la caja de jugo a un lado y juega con sus manitas.

¿Le dijo 'Gyu'? ¡Solo su papi le decía así! ¿Acaso eso era bueno? ¿Debía de ser bueno? No lo sabía pero algo en su estómago se movió, y fue ahora su turno de tener las mejillas carmesí.

— ¿Gyu? - Repite SooBin mientras lo toca suavemente en el hombro, puesto que el recién llamado solo se quedó callado y con las mejillas color manzana bien madura, según SooBin.

— ¿S-sí? ... ¡Oh! No se debió molestar hyung, pero, igual quiero ver~ - Sonríe y le hace ojitos. Según su mamá eso lo hacía ver lindo.

Y quería verse lindo para SooBin.

El último mencionado busca su mochila y la revuelve  hasta encontrar lo que buscaba.

De ella saca un pequeño osito de peluche de color marrón claro con ojitos de botón y un listón color rojo al rededor de su cuello.

— L-lo ayude a hacer para ti.. Eres igual a él, lindo y suave.. - Dice de manera rápida mientras extiende dicho objeto hacia el castaño con las mejillas rojas y mirando hacia otro lado.

La mamá de SooBin es costurera, hace unos días SooBin llegó a su estudio pidiendo hacer un oso de peluche para un persona muy especial, tenía que ser el mejor oso que hizo en su vida. Él le ayudo a colocar el liston y coser los botones de los ojos, a elegir la tela y el color, debía de ser perfecto, porque era para alguien perfecto.

Y entonces, BeomGyu empezó a llorar. Nadie le había regalado algo nunca, nadie fuera de su familia.

— P-pero no llores, s-si no te gusto está bien - SooBin quería quitarle el famoso oso de las manos, pero el castaño se aferró a él impidiendolo y entre lágrimas le intento hablar.

— M-me encantó Binnie, solo que nadie m-me había regalado algo fuera de mi familia y estoy muy feliz. - Culminó dándole un abrazo dejando al osito entre los dos.

Ese día SooBin se dio cuenta dos cosas, una, a veces las personas lloraban por felicidad y no de dolor o tristeza, y la otra era que BeomGyu se veía muy adorable con sus ojitos rojos, y no dejaría que nadie mas lo hiciera llorar a menos que sea de felicidad.

Teddy Bear ; SooGyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora