Capítulo 7: "Nuevos problemas".

29 5 2
                                    


A ver, arranquemos por el principio.

Luego de unas semanas de año nuevo, creo que ya la segunda semana de enero, tras llegar del trabajo me topé con algo que aunque pude ver venir, no espere que llegara tan rápido hacia la familia.

Había entrado al salón principal de nuestro hogar y vi a mis padres hablando con dos hombres de traje. Ambos, tanto mi papá como mi mamá tenían caras inexpresivas al hablar con estos tipos pero aun así, yo ya sabía que estaba sucediendo en ese instante y si soy sincero, me llego como una bomba nuclear a la puerta de mi consciencia.

—Espera, espera, espera... ¿me estás diciendo que lo veías venir y aun así te agarro desprevenido?

—¿No crees que es normal? Mis padres se están divorciando. Es como si tú vieras el golpe venir pero no puedas esquivarlo y por obvias razones no puedas evitar sentirte aturdido, pero continuas aunque falles los golpes.

Imite unos cuantos golpes de boxeo y Jirou me vio con una sonrisa incomoda.

—No me mires así, llevo tiempo sin practicar.

—N-no, no es eso. Tú continúa.

Cuando me tocó ver a los sujetos de traje irse sonriéndome con cinismo mientras se despedían, vi como mis padres se ponían de pie para continuar su día como si ni nada. Fue chocante como puedes imaginar, porque no pude evitar sentir que de ahora en adelante...

...Los días se sentirían más forzados, al menos con la convivencia familiar.

No me equivoque al final. Los desayunos en donde veía a mi mamá haciéndonos la comida, el almuerzo en donde mi padre terminaba rápido para salir y las cenas, bueno, yo ahora ceno solo en mi habitación. Que no es malo necesariamente, pero no se siente igual. Me hace pensar más en el sabor del pan y la mermelada o del como el Té sabia a agua con sabor.

Mi papá pasaba hasta noches enteras fuera de casa y mi madre, solo se queda mirando a la nada por la ventana con la mirada más muerta que he visto nunca en un ser vivo. Podría decir que esta arrepentida, pero, viniendo de ella no sé si es cinismo o simplemente lo que dije.

Nunca la había visto así. Tal vez este es su karma, tal vez esto tiene que pasar.

No, creo que simplemente le choco demasiado el hecho de que mi padre está buscando un nuevo hogar.

—¿Te vas a ir con él?

—No lo sé. Depende de cómo nos va con el tema de los conciertos y el dinero, que por ahora cae en mí y en los ahorros personales de mi papá. Hasta entonces, no puedo confirmar nada.

—¿Y qué va a hacer ella ahora?

—Supongo que buscar trabajo, ni idea si soy sincero. Lo que haga de ahora en adelante será su problema, yo ya no me veré involucrado.

—¿Te preocupa?

—Un poco, para que voy a mentir —yo suspire—. Pero es una adulta, debería de saber qué hacer con su vida.

—No te hagas ilusiones. Cuando a mi papá lo despidieron de la discográfica no paro de llorar por semanas por una crisis existencial y eso... ya sabes cómo son este tipo de cosas.

Entramos a la heladería, «no pregunten porque tomamos helado en invierno». Pasamos al lado de algunas mesas hasta llegar a la vitrina de helados principal. Pase mi mirada por cada sabor de helado mientras Jirou elegía rápidamente el suyo y me topé con la ingrata sorpresa de que no había chocolate amargo. Fruncí el ceño por eso y mire al que le servía el helado de fresa a Jirou para hacer una falsa toz.

Dejate Llevar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora