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Capitulo 22: Los Merodeadores II

Los Merodeadores caminaban hacia el Gran Salón para desayunar cuando se encontraron con Hermione, que acababa de salir de la misma habitación. James inmediatamente se iluminó cuando la vio y prácticamente corrió hacia ella. Hermione pareció sorprendida de verlo, pero de todos modos mostró una pequeña sonrisa.

—Hola, Hermione. —James sonrió, acercándose poco a poco a su lado. Ignoró las miradas clavadas en su espalda mientras sus ojos solo permanecían en la chica frente a él. —¿A dónde vas?

Hermione le devolvió la sonrisa con la suya, consciente de la atención que ganaban. Movió los pies y tiró de la cadena de oro que colgaba de su cuello.

—A la biblioteca en realidad.

—¿Quieres que vaya contigo? —James ofreció con entusiasmo, luciendo como un niño que pensó que la Navidad llegaba temprano. —Yo llevaré tu bolso.

Hermione lanzó una mirada a sus amigos en la parte de atrás. Remus le sonrió y ella lo saludó antes de dirigirse a James.

—¿Estás seguro? ¿Qué hay de tus amigos?

—Pueden cuidarse solos. —dijo James con ligereza mientras tiraba de su bolso y se lo colgaba del hombro. Puso su mano libre en la parte baja de su espalda mientras asentía a sus amigos. —Me pondré al día con ustedes más tarde.

—Claro. —Sirius resopló. —Dejándonos por un pájaro. Sal de aquí, gilipollas.

James le sacó la lengua antes de volverse hacia Hermione con una sonrisa. —¿Vamos?

Hermione rió y se despidió de los amigos de James. Los tres Merodeadores los vieron alejarse. Dos estaban sonriendo para sí mismos cuando vieron lo mucho que James estaba entusiasmado con la presencia de Hermione. Vieron mientras le acariciaba un mechón de cabello castaño fuera de lugar en la parte posterior de su oreja antes de posar un brazo posesivo sobre sus hombros. Hermione, por su parte, tenía una sonrisa floreciendo en su rostro mientras inconscientemente se inclinaba más cerca de su compañero.

—Realmente no lo entiendo. —murmuró Peter entre Remus y Sirius.

—¿Qué no entiendes, Wormy? —preguntó Remus mientras Sirius pasaba su brazo alrededor del hombro del niño regordete.

Peter movió los pies. —Lily es bonita.

Remus asintió pensativo. —Eso es ella. ¿Por qué?

Comenzaron hacia el Gran Comedor donde se suponía que iban a desayunar juntos hasta que James fue llevado por su amada.

—Como si fuera muy bonita, ¿sabes? Simplemente no entiendo por qué James actúa así con Granger. —exclamó Peter, con la cara arrugada. —¿No estaba enamorado de Lily?

—Lo estaba. —respondió Remus obedientemente.

—¿Cuál es tu punto, Wormy? —preguntó Sirius, luciendo aburrido.

—Simplemente no entiendo cómo pudo reemplazar a Lily así con alguien como Granger. —Peter casi sonaba frustrado.

Sirius y Remus intercambiaron miradas antes de volverse hacia Peter.

—Tal vez no estás buscando en el lugar correcto, Colagusano. —le dijo Remus amablemente. —Hermione también es bastante bonita. Ya verás.

—Lo dudo. —murmuró Peter.

Sirio sonrió. —Solo mira en el lugar correcto y luego te comerás tus palabras. ¿Quieres apostar a eso?

Peter no respondió.

James no se unió a ellos en el desayuno, probablemente perdido en su Hermione la Land. Sin embargo, los tres se encontraron con él en Defensa Contra las Artes Oscuras. A lo largo de la clase, James sonreía bastante y estaba muy activo en la lección. Los Merodeadores intercambiaron miradas de complicidad.