Lover of mine

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Aquella amistad que había sido vista por todos, trasciende de a poco a una relación formal.

Lo que había empezado con un "Me gustas, ¿te gusto?" Del moreno para hacer reír al peligris cuando más triste lo estuvo, ahora era remplazado por aquellas mismas frases antes de darse pequeños mimos de pareja.

La afectividad siendo completamente importante en su relación, dándose mimos ante cada término de clases en su ahora ya universidad.

Hasta que llegó aquel día.

El día de salir a otra ciudad, lejos de allí, una excursión donde verían cada posibilidad de empleo que se les pudiera ofrecer.

Pero eso no era todo, aquel hotel donde se fueron a hospedar parecía ser sacado de un libro de romance que tanto leía Horacio.

Ensoñado de a donde podrían tener sus cuartos, esperando les tocara uno en las plantas bajas, pero fue un error.

Volkov por su parte anhelaba un piso alto, llevándoles a una pequeña discusión porque amos querían dormir juntos, llegando a la conclusión de dormir en el piso número siete.

—Es...muy alto Viktor.—susurraba el moreno mientras observaba por el ventanal, aspirando antes de ser tomado por el mayor.

—vamos Hache, no pasa nada, es más, de noche tendremos una buena vista.

Viéndole asentir mientras le tomaba la mano para salir junto a sus demás compañeros a su expedición.

~•~•~•~•

—Fue demasiado cansado... jo...der...—suspiro el moreno mientras se tiraba a una de las camas de aquella habitación.

Siendo Volkov el que cerró la puerta con seguro y comenzar a desvestirse, tomando un pantalón de pijama y sus bóxers.

—tomare una ducha, deberías hacer lo mismo macho.—susurró dejando un pequeño beso en la cresta del menor, escuchándole decir un pequeño "si"

Bañándose rápidamente y cambiándose con su pijama para después ver al moreno entrar al baño junto a él.

Observándole cómo se desprendía de toda la ropa, tragando grueso mientras seguía lavando sus dientes.

—No te ahogues con la pasta rusito, que ahorita voy contigo, ni creas que dormirás en una cama tu solo cuando podemos dormir juntitos.—hablaba el moreno mientras abría la ducha, comenzando a bañarse.

—Te espero allá entonces.—habló bajito para después salir y sentarse sobre el pequeño sofá, viendo a través del gran ventanal de aquel lugar, la luz de la luna era la única con la que observaba cada parte de aquella habitación, volteando nuevamente hacia afuera mientras sentía unas manos sobre sus hombros.

Había llegado.

Masajeándole suavemente mientras depositaba tiernos besos en el cuello blanquecino, escuchando como su respiración se entrecortaba.

—Hora...cio...

—mmm...

Cegados del deseo que comenzaba a formarse en sus cuerpos, Horacio se sentó sobre el ruso que no dudó en apretar sus glúteos mientras le besaba sin ningún tipo de suavidad.

Sintiendo sus lenguas jugar una y otra vez, callando sus gemidos en la boca contraria mientras comenzaban a deshacerse de la poca ropa que portaban.

—¿tienes miedo cariño?.—gruñía el peligris sobre la oreja del moreno mientras le cargaba y pegaba en el ventanal.

Viéndole negar.

Deteniéndose un momento para admirarle.
Sus pupilas dilatadas, más un sonrojo en sus mejillas... y aquella cresta...

—Joder Hache...

Aquella cresta despeinada debido a los movimientos desastrosos por la habitación.

—Vamos Vik... no tengas miedo ahora tu... follame.—susurraba mientras sentía como el mayor lo tomaba de la cadera y lo pegaba a su erección.

Soltando ambos un jadeos de satisfacción, mirándose nuevamente mientras una de las piernas del moreno era subida a la cintura del mayor, viéndole jugar con su miembro en su entrada.

Necesitados de ver hasta que punto podrían llegar sin gritar, debían ser cuidadosos porque más estudiantes podían escucharles y ser cambiados por otros compañeros lo que restaba del viaje.

Pero como podrían reprimir sus gemidos.

Si los movimientos del mayor eran rápidos, duros y sin compasión, golpeando los glúteos del moreno mientras sus belfos se movían a la par, buscándose necesitados de sentir cada toque.

Llevados al impulso de dar la vuelta, y ambos mirar su reflejo por el ventanal, llevándoles a unas estocadas erráticas.

—Vik... Vik no aguan...aguantó Vik...

—shh cariño...—le gruñó en el oído mientras tapaba la boca de este y daba en aquel punto dulce que siempre hacia deleitar al menor.

Escuchándole gruñir antes de verle derramarse sobre el ventanal.

Siendo apresado por las carnes cálidas de su novio, dejándose llevar al borde de aquella locura fuera de él, soltando su simiente en los glúteos del menor mientras lamia la oreja del menor.

Tomándole de la cintura para que no se cayera ante los temblores del reciente orgasmo.

—Y yo que pensaba que solo serías mi amigo...

—Un amigo no hace esto Horacio.—habló el mayor mientras cargaba a su novio a la cama, limpiándolo y cambiándolo.— tampoco te diría "me gustas, ¿te gusto?"

Escuchándole sonreír mientras ahora él era el que se limpiaba y cambiaba.

—y recuerda que llevamos un año de relación cariño...

—y los que faltan.—susurró el mayor mientras se acurrucaba junto al menor para dormir plácidamente.

~•~•~•~•

—¿Quien estaba en la habitación 117?

Hablaba el tutor a cargo de aquel salón con un notable enojo.

—No sabemos, ¿que sucedió?.—habló un alumno mientras se miraban unos a otros, tragando saliva el peligris mientras observaba a su pareja hacer lo mismo.

—Me comentaron que había en el ventanal una mancha blanca de algo que no era jabón...

Mierda

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