Aɴ ᴇxᴏ̨ᴜɪsɪᴛᴇ ᴅʀᴇᴀᴍ

89 3 0
                                    

Sus mejillas se notaban de un color carmesí, bajando un poco su cabeza nuevamente hasta sentir el agua adentrarse un poco por sus oídos.

—¿Horacio?

Aquella voz le hacía querer sacar su cabeza del agua, pero simplemente se sentía en paz que decidió quedarse por al menos unos segundos dentro de aquella calidez.

Tomando aire por la boca, su vida dependía de ello ahora mismo.

—¿Estas tranquilo? ¿Fresco?

El peligris le miraba mientras tomaba la suavidad de aquella toalla roja y la posaba en la cabeza del menor, comenzando a secarle con parsimonia.

—Mejores baños e tomado, contigo por ejemplo.—susurró con una pequeña sonrisa que hizo enrojecer las mejillas del más grande.

Acercándose y encajando sus labios perfectamente, suspiros de placer al ser entregados bajo el contrario les hacía sentirse agradecidos.

—¿Te lastime?

Aquella pregunta hizo al menor negar, abriendo sus ojos bicolores mientras le miraban fijamente con una sonrisa.

—Podríamos volver a comenzar ahora mismo, después de todo.—hablaba el moreno mientras su mano bajaba a la creciente erección del ruso.—ya estás listo

El ruso retiró su ropa y se adentró en aquella bañera, sacando un poco de agua de esta mientras tomaba la cintura del moreno y lo acercaba a él.

La lujuria plasmada en sus rostros más el toque ladino de sus pieles les hizo volver a besarse.

Ahora eran conscientes nuevamente de lo que sus cuerpos querían, deleitándose con cada beso y mordida que se dejaban en los labios contrarios.

—Ya entra Viktor

Viktor

Su nombre parecía ser el mejor cada que salía de los labios contrarios, volviendo a besarle con ahora un poco de rudeza, alejando una de sus manos hacia su propio miembro, acercándolo a la entrada del menor que le miraba suplicante.

—Vuelve a pedirlo cariño, pídeme con esa boquita dulce que es lo que quieres.

Horacio, sumergido en sus pensamientos más oscuros gracias al toque contrario soltó un jadeo.

—Vamos Viktor, por favor entra de una sola estocada, hazme gritar como lo hiciste hace sólo una hora atrás.

El mayor no pudo contenerse al mirar al menor, adentrándose de una sola estocada mientras comenzaba a golpear con su mano las nalgas de su amado.

El choque del agua junto a aquellas manos blanquecinas hacían gimotear al menor, respirando dificultosamente mientras cerraba los ojos.

Abriéndolos de golpe al sentir como era sacudido.

—¿Que caraj...

Se quedó callado, mirando fijamente a todos en aquella fiesta.

Mierda mierda mierda

—¿Horacio te encuentras bien?

Volkov le miraba intrigado, haciéndole sonrojar un poco mientras se levantaba de aquel sofá.

Se había quedado dormido en aquella fiesta.

—Estoy bien, continúen con la fiesta, voy a tomar un poco de aire...

Todos asintieron, volviendo a hacer lo que minutos atrás, beber y bailar.

Saliendo de aquella casa mientras tocaba su pecho y se acomodaba el pantalón gracias a la erección que tenía en aquel momento debido al sueño.

Había soñado con Volkov follandole

—Horacio

Aquella voz, la que había inundado sus pensamientos más obscenos ahora le hablaba desde atrás.

—Tranquilo, solo fue un golpe de calor, y estar dormido en aquel sofá no fue muy cómodo...

Escuchándole acercarse hasta abrazarlo con fuerza y llevar su boca al oído del menor.

—Yo si escuche que me hablabas Horacio, ¿has soñado conmigo acaso?

El menor se quedó callado, pensando en una respuesta coherente que no fuera "joder que si soñé contigo, estábamos follando en la bañera de una habitación extraña"

—Me molestabas, así que si, soñé contigo ruso

Sintiendo como la mano del mayor bajaba a su entrepierna y comenzaba a subir y bajar su manoZ

—Tan molesto que tu miembro está a punto de estallar cariño.

Horacio jadeo, siendo llevado a un rincón de aquella casa donde no pasaran autos y tampoco gente.

A oscuras

—Veamos que tan molesto estás conmigo cariño

Volkov se agachó frente al menor que le miraba con una mano sobre su boca intentando retener los jadeos involuntarios.

Notando como le bajaba el cierre y el botón era retirado, bajando el pantalón junto al bóxer gris.

Su miembro lubricando todo el glande era un escenario perfecto para el ruso que comenzó a besar la longitud de este, escuchando los jadeos y algunos gemidos que salían de aquella boca que había besado muchas veces.

Que había follado

—Vik... estamos en un....

—Eso a ti nunca te a importado Horacio.—le interrumpió el mayor mientras abría su boca aún más y adentraba aquel miembro viril a su boca.

Succionando aquel líquido preseminal mientras con sus manos acariciaba los pezones a través de la camisa del menor, escuchándole gemir de placer.

Moviendo más rápido su cabeza, de tiro y fuera hasta llevar las manos del menor a su cabeza y soltarlo ligeramente.

—Has lo que quieras Horacio, toma mi boca como tomaste mi corazón

Horacio acató sin decir una sola palabra, viendo como el peligris adentraba su miembro nuevamente y comenzaba un mete-saca de su boca.

Comenzando Horacio a mover la cabeza del mayor mientras gemía extasiado, aquel escenario era digno de admirar día y noche

Suspirando mientras profanaba la boca contraria con estocadas rápidas hasta vaciarse dentro de aquella boca, viéndole salir y tragar cada gota de su simiente.

—Sabes delicioso Horacio

El menor solo atinaba a respirar, acomodándose su ropa y haciendo al mayor levantarse.

—Vamos a casa...

Volkov asintió feliz, sabía que aquello acababa de comenzar.

Agradecía a Morfeo por llevar a su amado a un sueño donde ahora podría hacerse realidad

Volkacio OS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora