¿Que eran esos juegos?
La misma pregunta de cada noche volvía a la mente del ruso, que miraba fijamente la puerta de la habitación de su compañero de casa, no soportando el hecho de no tener respuestas.
"¿Que hacías?"
"Solo estaba jugando Volkov, ve a dormir"
Cada vez que iba a preguntar, era la misma respuesta que le otorgaba el de cresta.
"Yo mismo obtendré respuestas"
Buena idea rusito
Con pasos silenciosos, tomo el pequeño pestillo de la puerta y la abrió silenciosamente, escuchando los suaves jadeos provenientes de aquella habitación roja.
Los silenciosos, pero placenteros jadeos del menor lideraban aquella habitación silenciosa, gimoteando boca abajo con aquel artefacto rosado entrando y saliendo de su entrada.
Aquello era observado por Volkov, que admiraba cada parte del cuerpo ajeno, queriendo caminar allá y besar cada parte de este.
-Vo...Volkov... umm...-gimoteaba el menor con la cara sobre la almohada, dejando a un lado el dildo rosa comenzando a masturbarse.
Volkov miraba atónito la escena tan exquisita que le ofrecía el de cresta lila, sintiendo su respiración agitarse de a poco.
Aquel líquido pre-seminal salía del ruso, manchando su pijama gris.
-mierda...
En aquel momento rezo porque el menor no le escuchara, pero el jadeo de sorpresa le hizo saber que estaba equivocado.
Ahí, en la cama, Horacio miraba atónito al mayor, con un toque de maldad en sus ojos, sonriendo de a poco al ver el rostro sonrojado del mayor.
-eres lamentable Volkov-comenzó a decir el menor mientras se ponía en cuatro y comenzaba a gatear hasta el final de la cama.
Aquello hizo al ruso pasar saliva, acercándose de a poco a la cama del menor, acariciando poco a poco la cresta despeinada de este.
-y yo que pensaba que eras más inteligente ruso...
Volkov puso uno de sus dedos en la boca del menor, callándole al instante, sintiendo como brincaba su pene al aliento del ajeno.
-shh... acércate mejor y utiliza esa boquita para algo más que hablar...
El menor sonrió asintiendo y bajo el pantalón del pijama del mayor, lamiendo sobre el bóxer la extensión de aquel pene ruso.
-abre la boca ya...-decía Volkov mientras bajaba el bóxer y posaba el glande sobre los labios del menor.
Este sintió la humedad saliendo de aquel trozo de carne y lo adentro a su boca, lamiendo y succionando a profundidad, sintiendo leves arcadas que hacían al mayor gruñir de satisfacción.
Horacio miraba los ojos ajenos mientras besaba una y otra vez la punta de aquel pene, sonriendo y dejándolo en su boca nuevamente.
-sería una lástima que te dejara así ¿verdad?-decía el menor con el glande en su boca, lamiéndolo efusivamente.
-no hables con la boca hecha pedazos Horacio, traga un poco más...
Horacio asintió y comenzó un mete y saca nuevamente, mientras se masturbaba, sintiéndose al borde del colapso.
Al ver aquello, Volkov se retiró de la boca del menor y tomó las manos del menor, acostándolo boca arriba sobre la cama.
-¿donde están las esposas?
Horacio elevó un poco la cabeza en dirección al baño, siendo entendido por el mayor que corrió a la búsqueda de aquello que había pedido.
-si te lastimo no dudes en decirme-decía mientras ponía los brazos del menor sobre su cabeza y le ponía las esposas, agarrando un poco de lubricante y preparando al menor.
-no dudes en romperme una y otra vez, porque de lo contrario, te voy a degra...mgh...
Fue callado por la lengua de Volkov sobre su pene, lamiéndolo y succionando la punta, haciendo al menor gruñir de placer, jadeante ante el espectáculo que le daba el mayor.
-pórtate bien Horacio
Decía mientras se levantaba y jugaba con la entrada del menor y su pene, viéndole fijamente, aquellos zafiros denotaban la excitación que sentía el mayor, haciendo jadear al menor.
-bésame Vik...
El ruso acató la orden y se dirigió a los labios ajenos, besándole con total cariño y devoción, volviéndose poco a poco apasionado.
Volkov entró por completo en el menor, haciéndolo gemir sobre sus labios.
-shhh, no grites sol...
Decía Volkov mientras comenzaba a moverse dentro del menor, una y otra vez, escuchándose gemidos y gruñidos en la habitación, susurrándose palabras cálidas pero cargadas de deseo.
Horacio gimió en alto cuando sintió como era golpeado su punto G una y otra vez, gimoteaba y comenzaba a bajar las manos hacia la cabeza del mayor, deteniéndose en esta y abrazándose fuertemente a este cuando sintió como el orgasmo le llegaba poco a poco.
-Vik..Viktor...mierda voy a co...
El mayor no le dejó terminar, pues tomó el pene del menor con su mano y comenzó a masturbarle al mismo ritmo de las estocadas, sintiendo como el menor le apretaba al llegar al orgasmo, manchando ambos pechos con aquel líquido blanquecino.
-mierda sol...
Gemía el mayor mientras sacaba su pene del menor y dejaba salir su líquido sobre el pecho ajeno.
Volkov se acercó al rostro ajeno y dejó un suave beso en los labios de este, comenzando a quitarle las esposas y tirándolas al suelo.
-¿cansado ruso?-decía el menor escuchando la respiración del mayor, haciéndole reír.
-estoy apenas comienza sol... tus jueguitos deben de parar, o debes de incluirme a partir de hoy-decía mientras se acercaba al menor y lo acorralaba entre sus brazos.
Vaya noche le esperaba a Horacio
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-maldito ruso...me cago en todo...
Decía Horacio al despertar y querer sentarse en la cama, asiendo reír al mayor a su lado, que se vestía tranquilamente.
-se me hace que mi jefe no podrá trabajar normal el día de hoy...