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Dos semanas habían pasado después de la peor experiencia de Lewis, y no había vuelto a ver a su novio, no hasta ese día que Sebastian había faltado a clase por un resfriado común.

Se estremeció de golpe al sentir una mano tocando su hombro, se había quedado completamente dormido en la cafetería después de haber comido una pizca de su almuerzo, su apetito y humor se habían esfumado al igual que su novio, corrección, exnovio.

Al girarse se encontró con la mirada de Rosberg. Su corazón volvió a estrujarse, además de que volvió a sentir el miedo que sintió ese día. Tomó su bandeja para levantarse, rodearlo y alejarse lo más rápido posible.

—Lewis -el mayor lo detuvo tomándolo por el brazo.

—Suéltame Rosberg -sonó fríamente, aunque muy en su interior quisiera escuchar una explicación por su parte y volver a lo de antes, pero sabía que sería imposible.

—Hamilton yo, déjame explicarte porque me fui de nuevo -suplicó mirándolo, esa mirada decaída la conocía a la perfección, las ojeras notables, la piel pálida y los labios resecos. Había vuelto a tener una recaída y por eso hasta ahora se aparecía. No pensaba en darle una última oportunidad, pero si le gustaría escucharlo una última vez.

Al llegar a la azotea Lewis se recostó en la pared cruzado de brazos mientras que el mayor frente a él se acercaba demasiado, el menor decidió cambiar lugares porque ya no se sentía para nada seguro junto a él.

—Habla.

—Volví a tener otra recaída.

Lewis lo miraba expectante, había otro cambio en el que no había notado hasta ese momento, el piercing en la nariz y su labio inferior, mas aparte su cabello rubio teñido de castaño.

—No se como explicarlo ni por dónde empezar, pero no te había contado lo suficiente como para que me entendieras por completo, esto no quiere decir que me esté tratando de justificar, solo necesito que lo sepas. -se detuvo un momento para mirar hacia otro lado. —Ahora lo haré Lewis, te contaré todo lo que debes saber sobre mi porque sé que necesitas una gran explicación del porque me volví a ir y seguiré yéndome -lo miró nuevamente a los ojos, ocasionándole los mismos nervios que siempre cuando lo miraba de esa forma.

—No solo del porque te fuiste -habló el menor.

Rosberg lo miró confundido ladeando su cabeza. —¿Otra explicación aparte? ¿Sobre qué?

En ese momento la sangre de Lewis comenzó a hervir, quería golpearlo por ser tan idiota, pero, todo era su culpa por haber confiado en el y no haberle hecho caso a Sebastian. Apretó sus puños con fuerza sin más.

Contó hasta diez mentalmente.

—Solo di lo que tengas que decir, para poder irme y ya -pidió sentándose en uno de los bancos de allí de la azotea mientras el mayor lo siguió, se sentó junto a él, muy cerca. Pero Lewis terminó por moverse justo hasta la orilla del banco, sin explicación alguna. Aunque le pareciera un comportamiento muy extraño por parte de su novio ya que él siempre era una persona muy cariñosa y empalagosa, pero esta vez estaba siendo todo lo contrario.

—Sufro de un trastorno mental -suspiró al sentirse aliviado después de haberle contado.

Lewis abrió los ojos de par en par, más sorprendido de lo que esperaba. El nunca se imaginó eso, simplemente pensaba que su novio sufría de depresión y ansiedad como cualquier otro adolescente. Pero aún así, eso no lograba convencerlo como para querer perdonarlo.

Broken; chewis. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora