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Dos chicos, en diferentes habitaciones, con la luz de la luna entrando por su ventana, uno recostado boca arriba con el móvil pegado a su oreja, mientras que el otro recostado boca abajo con el móvil en altavoz. Hablando de cosas triviales, escuchando sobre el otro, aprendiendo cosas nuevas del contrario sin sentir ni una pizca de aburrimiento, al contrario de todo eso. Se sentían más que cómodos al estar hablando. Hablaron hasta quedarse dormidos, pero olvidando de colgar la llamada. El primero en quedarse dormido fue el menor.

Lewis no quiso colgar, en vez de eso se quedó viéndolo por un buen rato, era tan irreal. De verdad que no entendía como pudo enloquecer por alguien en tan poco tiempo, Sergio Pérez de verdad que había robado su corazón sin esperárselo. Era perfecto, y admitirlo era increíble. Aunque nunca esperó volver a sentirse tan loco por una persona, ni sentirse atraído, ni poder enamorarse nuevamente, sintió que esta vez gracias a la existencia de Checo podría superar todos esos remordimientos que empezaron después de lo que vivió en el pasado.

Nico había sido una parte más importante de la juventud de los dos, habían experimentado el placer de enamorarse perdidamente por alguien, él los había ayudado a lograrlo, conocerlo no había sido ningún error, en vez de eso. Conocer a Nico Rosberg había cambiado sus vidas repentinamente, enseñándoles qué hay que apreciar lo que tenemos en el presente, y no desperdiciar esas oportunidades porque después podría ser muy tarde para querer intentar algo.

También se quedó dormido sin esperárselo. El primero en despertar a la mañana siguiente fue el menor. Abrió los ojos con lentitud, estirándose sobre la cama un poco adolorido del cuello por la mala posición en que se había quedado dormido la noche anterior. Sintió el móvil debajo de su espalda, lo tomó notando que la llamada seguía allí, '16:26:15' horas en llamada. Se sorprendió al ver la cifra.

Escuchó unos ruidos provenientes de la otra linea. Un gran bostezo y después golpes a la puerta.

-Mierda es muy temprano -escuchó la queja del mayor, sonando muy tierno con el tono de su voz al despertar.
-¿Que rayos haces tan temprano aquí?

-Agradéceme, te traigo el desayuno.

El menor no estaba seguro si era bueno escuchar la conversación o simplemente colgar, pero prefirió quedarse unos momentos más.

—¡Chequito! -su mejor amigo se brincó encima suyo de un momento a otro sentándose encima de su regazo. ¿¡Su mejor amigo en Inglaterra!?

El menor se abrazó al mayor debajo suyo como un koala. Checo lo dejó ser sin más hasta que recordó la llamada, cuando fue a tomar su móvil para colgar notó que la cámara había estado encendida en todo momento. Maldijo y colgó sin más. ¿Lewis lo tomaría a mal? Bueno, después de todo se veía extraño el menor encima suyo sobre su regazo, además de los interminables suaves besos que dejó en su rostro. Mierda, seguro tendría que hablarle en un rato para explicar.

Pero, ¿porque estaba pensando en eso? ¿Debía explicarle? Después de todo no eran nada, aún.

—¿Ese era Sergie? -preguntó Sebastian después de que el menor quedara con el móvil en sus manos después de que se dieron cuenta de que estaban en llamada aún.

—Sergio -corrigió el peli grisáceo.

—¿Quien era ese que le saltó encima? ¿Tiene pareja? -preguntó el rubio con curiosidad.

Lewis volteó a verlo fulminándolo con la mirada.

—Bueno ya, solo come lo que te traje -pidió volviendo a pasarle la bandeja.

—Se me quitó el hambre -admitió para después lanzar su móvil a la cama e irse hacia el baño.

—Lewis, ¿de verdad estás celoso? -preguntó Sebastian colocando su oreja contra la puerta del baño esperando una respuesta por el menor.

—No te incumbe.

—Pero si Sergio no es tuyo -le recordó.

—Aún -mencionó el mayor mientras llenaba su tina.

—No es un objeto -le mencionó Sebastian.

—Eso lo sé, pero él me gusta y verlo con ese otro chico me dejó muy en claro que no puedo permitir que pase más tiempo para decirle, no puedo verlo con alguien más -admitió el menor para salir del baño y enfrentar a su amigo.

—Lew, solo no quiero que te vuelvan a lastimar -mencionó Sebastian para acariciar la mejilla del contrario con suavidad.

Sebastian rió, para poner su mano en de la del mayor. —Le voy a decir a Raikkonen que me estás tocando -bromeó.

Sebastian rápidamente se soltó del agarre riendo nerviosamente.
—Kimi no es celoso como tú -dijo.

—Con mayor razón debería serlo, después de todo es un pequeño estudiante de primer año de universidad y su novio un médico especializándose en no recuerdo que, pero uff, si yo fuera el estaría en constante nervio de saber que mi novio es el doctor más deseado y querido por todos y todas -le guiñó para después volverse al baño.

-

—¡Carlos! ¿Cuando llegaste? -le apretó las mejillas.

El menor se removió zafándose del agarre y cruzándose de brazos. —¿Es domingo y te despiertas a esta hora?

Checo se alzó de hombros. —No tengo nada que hacer -admitió. —Pero mírate cuanto has crecido, aunque te ves mucho más tierno que antes -le desordenó el cabello mientras el contrario hacia un puchero.

—No seas ridiculo, si solo llevamos un año sin vernos -le recordó.

Checo rió levantándose de la cama para irse a duchar.

-

-Estoy con Lewis cariño.

-¿Que hacen?

-El se fue a dar un baño, ¿puedes creer que llegué y seguía dormido como una roca?

Kimi rió. -Salúdamelo, nos vemos quedé con unos amigos para ir al karting.

-Esta bien cariño, cuídate, te amo.

El menor se emocionó al escuchar al mayor. -También te amo Sebastian
-y después colgó.

Llevaban saliendo más de dos años, y su novio siempre había sido tan tranquilo y pacifico, que de verdad estaba tan enamorado de él. Sus personalidades combinaban perfectamente.

Lewis salió del baño con la toalla alrededor de su cintura, mientras con otra toalla más pequeña secaba sus cabellos. Sin verlo venir su toalla se cayó, Sebastian lo vio sin más para comenzar a usar su móvil sin prestarle interés. Mientras que Lewis sintió como sus orejas se tornaban de un tono rojo carmesí.

—Entiendo el porqué de tu reacción. -comenzó a hablar el mayor aún revisando su móvil. —Llevas años sin tener sexo -se burló. —¿Será difícil para ti volver a hacerlo? Pregunto porque me importa tu vida, y pues si llegas a empezar una relación con Sergio pues no solo vivirán de piropos, besos, abrazos y caricias, el sexo tambien es importante -le recordó.

Lewis bufó, muy apenas había recordado besar cuando lo hizo con Checo, ¿como podría recordar que era el sexo? Si solo había pasado una vez en su vida, y fue más abuso que simple sexo en pareja. Eso era una inseguridad para el, tenía miedo de cómo reaccionaría su mente y organismo cuando fuera a ocurrir, ya que el trauma aún quedaba en sus pensamientos, ese dolor insoportable que sintió cuando Nico lo tomó sin consentimiento. ¿Sería capaz de aceptar que Checo se lo hiciera cuando estuviera por ocurrir? En realidad no sabía la respuesta a eso. Aunque tampoco nunca en su relación con Nico pensó en ser el de arriba, no sabía nada acerca de ser el de arriba ni el de abajo, ya que no era como si tuviera experiencia, solamente pasó una vez y fue el de abajo, tal vez intentando ser el de arriba al menos la primera vez no sería complicado, por el hecho de que a lo que él le teme es al ser tomado, después de esa horrible experiencia no podía soportar simplemente volver a hacerlo, no después de lo que había ocurrido. Tenía que esperar a que el tiempo sanara esa herida que ese momento dejó en el.

Aunque quizás en ese momento se dejaría llevar por el placer y olvidando todo lo demás, simplemente sintiéndose en ese instante solo con él y Checo, quizás y podría sobrellevarlo y que Checo le permitiera hacérselo, de tan solo pensarlo se sentía caliente.

Mierda.

Broken; chewis. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora