Cuervo

Capítulo XXIV

Amigos

—Entonces, ¿No has visto a Scarlet desde ayer? —Preguntó Erica, Chase asintió.

Había pasado poco más de un día desde aquel encuentro con la arcángel, después de completar la cuota de Scarlet y Brook, Scarlet recibió una llamada, Scarlet dijo que se trataba de un conocido suyo y de Chase; ambos se fueron a verlo. Brook se fue antes de Erica pudiera sugerir ir por aquel postre que había prometido, así que decidió seguir investigando a sus próximas víctimas, desde ese momento no los había vuelto a ver.

—La última vez que la vi nos encontrábamos en esta habitación, me desmalle de cansancio, solo recuerdo ser atrapado por Scarlet, cuando desperté y ella ya no estaba, sin embargo, la habitación de la puerta aún se encontraba cerrada —Erica asintió, tenía una vaga idea de donde podría estar—. Yo...puede que haya hecho cosas que la hayan incomodado —Erica arqueo una ceja, Chase empezó a contar lo que había pasado con aquel sujeto y ellos; también le contó lo que paso después con él y Scarlet, y como despareció después de esa última conversación.

—Pienso que estuvo mal que le hayas recriminado a Scarlet sobre el pecador, pero no creo que este molesta contigo. Mas si te disculpaste por eso —ambos se quedaron en silencio por unos segundos—. Bien, voy a ir a buscarla.

—¡Voy contigo! —Chase empezó a arreglarse cuando Erica lo detuvo.

—Nop, tú no puedes ir —Erica miro de arriba abajo a Chase, entrecerró los ojos—. Literalmente pareces un muerto viviente. Quédate un rato más descansando, volveré con noticias de Scarlet.

No espero la afirmación de Chase, salió del departamento. Si sus sospechas estaban en lo cierto, el único lugar en el que podía estar Scarlet era en el infierno.

—Devo cercare un peccatore [Tengo que buscar un pecador] —Erica se dirigió a las afueras de la ciudad, no paso mucho tiempo antes de que pudiera conseguir un pecador. En un pestañeo se encontraba en el infierno.

—Mmm no está mal, pero has traído mejores —el hombre se encontraba asustado—. Mataste a varias personas por encargo, tu castigo es el sexto circulo donde serás arrastrado por las personas que mataste —Erica y Satanás observaban como el hombre se unida, siendo arrastrado por varias manos—. Este pecador no vale ni una pregunta, Erica.

—Tal vez este no, pero el anterior que traje sí.

—Oh, te refieres a aquella mujer que trajiste anteriormente —una sonrisa maliciosa apareció al en Satanás al recordar los crímenes de aquella mujer. Erica asintió.

—Si, pedí guardar mi pregunta para después, creo que es el momento para usarlo.

—Oh, entonces, ¿En qué quieres gastar esa pregunta?.

—¿Dónde está Scarlet? —hubo un ligero silencio.

—¿Acabas de utilizar una oportunidad de preguntar información valiosa en la ubicación de otra parca? —exclamó de forma burlesca, se acercó hasta quedar a unos centímetros de su cara—. Sabes, si me lo hubieras preguntado te lo hubiera contestado sin la necesidad de gastar aquella pregunta.

—¿Dónde está? —Erica se alejó unos pasos de él.

—Veo que estas impaciente —sonrió—. Solo te diré que tus servicios como maestra ya no serán necesarios.

—¿Qué? —comentó en un susurro mientras miraba a Satanás, sin creer lo que había escuchado; una mirada atónita de podía ver en su rostro.

—Tus servicios aquí ya no son necesarios, ya puedes volver al continente del sur a continuar tu trabajo como parca.