Capítulo XXXIII

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Dos por uno


Atención🔞, el siguiente capítulo contiene temas sensibles para ciertas personas por lo que se recomienda discreción.

Erica cerró la puerta detrás de ella, el lugar se encontraba en casi completa oscuridad, espero a que sus ojos se acostumbraran a la poca iluminación del lugar, empezó a caminar por la habitación en búsqueda de respuestas; lo primero que noto del lugar era el olor y el descenso excesivo de la temperatura, encontró un termostato cerca de la puerta, -18 °C.

—Espero que les paguen lo suficiente —exclamó. Continuó su camino por la bodega, observó mayormente cortes de carne de diferentes animales, en una de las esquinas se encontró con una caja que decía frágil. Decidió abrirla, su inexistente estómago se revolvió al ver embriones de animales en estado de congelación.

—Esto es asqueroso —murmuró. con todo el asco del mundo, continúo abriendo las demás cajas; al llegar a la última, empezó a sentir arcadas; dentro de esa caja se hallaban embriones humanos. Se alejó rápidamente de la caja mientras intentaba contener sus arcadas.

—Demonios, estas personas sí que están enfermas —balbuceo entre arcadas, pasaron varios minutos para que logrará controlar sus ascos. Decidió dejar la búsqueda hasta ahí, si tenían fetos humanos también debían de tener cuerpos por ahí, razón suficiente para llevarlos al infierno. Con mucha precaución, volvió a colocar las tapas en aquellas cajas; decidió regresar con Merry antes de que se dieran cuenta de que había desaparecido, su sorpresa fue enorme al encontrar al jefe y a Merry al otro lado de la puerta.

—Veo que has saciado tu curiosidad, Erica —Erica no contestó nada, observó detenidamente el entorno, aún lado del jefe se encontraban las empleadas a las que les había quitado el antifaz, sus miradas delataban lo furiosas que estaban con ella; observó que no eran las únicas en el lugar, varios empleados se encontraban alrededor, observando la escena—. Verás, tenemos una política de cero tolerancia con respecto a la agresión entre compañeros —exclamó el jefe mientras miraba a la joven—. Sin embargo, pasaremos por alto este pequeño incidente si guardas silencio y comes un poco de carne especial -Erica frunció el ceño.

—Siento desilusionarlos, pero no pienso comer ningún tipo de carne —exclamó, el dueño del lugar suspiró.

—Es una lastima...Merry —al escuchar la señal, Merry sacó un arma y le disparó a Erica en la cabeza, Erica cayó al suelo ante el impacto. Merry se acercó al cuerpo de Erica y tomó su muñeca.

—Sin pulso.

—Muy bien, buen trabajo Merry —exclamó el dueño, la joven asintió—, es desafortunado que no haya aceptado el trato —les hizo una señal a uno de los empleados para que recogiera el cuerpo—. Afortunadamente murió de manera instantánea, no sufrió ni sintió estrés; detesto el sabor y la textura de la carne estresada —comentó con cierto disgusto, empezó a revisar detenidamente el cuerpo de la joven—. Desde que desapareció el anterior líder de las picas rojas, no se puede obtener carne humana con tanta facilidad —Merry asintió.

—No habíamos tenido carne humana desde hace tiempo —exclamó una de las chicas mientras miraba el cuerpo de Erica.

—Asegúrense de hacer cortes delgados.

—Sí jefe —el hombre se llevó el cuerpo dentro de la habitación donde guardaban la carne especial.

—Bueno, si no hay otra interrupción, continúen con su... —no terminó su discurso cuando sintió un fuerte dolor en el cuello, instintivamente, llevó la mano al lugar en dónde sentía dolor, su sorpresa fue grande al encontrar una cuchilla clavada en su cuello—. El hombre volteó a ver a sus trabajadores, más estos se encontraban callados y pálidos, todos miraban hacia la entrada del cuarto por lo que miro en esa dirección. El color se le fue de la cara al observar a Erica parada en la entrada de la habitación especial.

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