23

94 13 4
                                    

Las flores del jarrón desprendían un agradable aroma que llenaba toda la habitación, brindándole tranquilidad, estaba en la pequeña biblioteca que tenía en uno de los rincones de la habitación, Kkito se acurrucaba en sus piernas y el leía uno de los libros que tenía, ni Jungsu, Jiseok o Seungmin habían llegado, pero no tenía problema con ello, disfrutaba sus tiempos a solas, desde que llegó al palacio ya no lo dejaban solo ni un momento, por eso convenció a los demás de que llegarán más tarde los fines de semana, así podría disfrutar de la soledad por unas horas. Estaba por cambiar de página cuando tocaron a su puerta, por lo que, con delicadeza, dejo a Kkito en la mesita y se levantó a abrir, encontrando al rey Jinsoo del otro lado

Era algo a lo que ya se había acostumbrado, el rey iba a visitarlo en algún punto del día para ver cómo estaba y hablar de cualquier cosa que se les ocurriera, podía ser de policía, de artes, de libros, de cualquier cosa, era muy cómodo estar así con el mayor, pues este también solía pedir su opinión sobre distintos temas que involucraban al pueblo, lo que provocaba en Hyeongjun una agradable comodidad con el mayor, Jinsoo realmente quería ser el padre que Hyeongjun no tuvo

-cada día hay una nueva flor aquí- señaló, luego de un rato, el jarrón lleno de flores blancas- es sorprendente que no se rompa por el peso

-es lo que pienso también, supongo que es parte del hechizo- comento, viendo las distintas flores

Era un ramo hermoso, donde las gerberas resaltaban más, si no se equivocaba, había un aproximado de 100 gerberas en el jarron y el resto se trataba de jazmines, claveles, margaritas, geranios, lirios, narcisos y todo tipo de flores, a excepción de una, la rosa, Jooyeon no le había dado ninguna, de ningún tipo

-Hyeongjunie, ¿Me permites llevarte a un lugar en el jardín?- le pregunto el mayor, el asintió, confiaba plenamente en el rey
.
.

.
.
.
El jardín estaba precioso a pesar de la temperatura, no había muchas flores, pero los árboles eran enormes que casi llegaban a tocarse las copas entre ellos, caminaban por uno de los senderos que había, el único al que Hyeongjun había seguido por qué le dijeron que era un lugar privado para el rey y no se podía entrar a el a menos que el rey lo autorizara. Llegaron a un invernadero de cristal, más no se podía ver hacia adentro, Jinsoo saco una llave de oro de entre sus ropas y la inserto en la cerradura para luego empujar la puerta y dar libre acceso al menor, quien quedó maravillado por la variedad de vegetación con la que contaba, además del gran árbol en el centro, de particulares hojas rosas, que parecía desprender partículas doradas que llenaban la estancia, además de estar en medio de un pozo de piedra lleno de agua

-es muy lindo- exclamó, tocando levemente el tronco del árbol, sentandose a las orillas del pozo

-¿Te gusta?- le pregunto el mayor, viéndolo a una corta distancia

-mucho, pero ¿Que es este lugar? ¿Por qué no se ve desde el palacio?- cuestionó, volteando a ver a su progenitor, aunque aún no estaba listo para llamarlo asi

-es un lugar mágico, escondido entre los árboles del jardín, nadie tiene acceso mas que yo- señalo, sentandose en uno de los bancos de piedra que habia- ese árbol es conocido como el oráculo ¿Has escuchado de el?- cuestionó

-un árbol parlante, capaz de ver el posible futuro de un rey- fue su respuesta, había leído de el cuando estaba en la escuela, pero se consideraba una leyenda- además de mostrar aquello que el rey o heredero pida

-eres muy listo Jun- el mayor se posicionó a su lado, tocando levemente las aguas cristalinas del pozo- aquí fue donde podía verte a ti y a tu madre, sabía que ella no quería verme cerca de ustedes, pero quería estar al pendiente de ustedes

|El Príncipe Perdido|®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora