Hyeongjun creció solo con su madre y su abuela, no le importaba donde o quien era su padre, pues nunca vio necesario preguntar. Pero, un día cualquiera, despierta en un lugar desconocido, rodeado de varios chicos que le aseguran el ser el hijo menor...
Por más que lo intentaba, dormir era imposible, pero también lo era moverse, no por que no pudiera, sino que no quería despertar a quien dormía a su lado
Jooyeon había tenido días difíciles, por más que intentará aceptarlo, había estado cargando mucho peso, y casi era aplastado por sus preocupaciones, por eso, que ahora esta dormido de forma tan pacífica a su lado, le transmitía demasiada paz
Era lindo verlo dormido, con su cabello aplastado y alborotado, con su respiración constante y tranquila, era una imagen muy tranquilizante que planeaba disfrutar hasta caer dormido, sin embargo, un humo rosado empezó a brotar de la nada, acumulándose en el centro de la estancia hasta volverse una mujer de largo y ondulado cabello castaño
-eres idéntico a tu madre- soltó la mujer con molesta- solo necesitabas un poco de poder para mostrar tu verdadera cara
-no sé a que te refieres tía Jihee, solo te envié una carta como lo hago siempre, la única diferencia es que está vez si era obligatorio que me respondieras- salió de la cama sin mover al menor, caminando descalzo hacía ella
-sea lo que sea, no tendrás el libro, es una reliquia que pasa a la línea mágica de la familia, y tú no eres de esa línea
-pero tu no tienes hijos- contestó- y lo que deseo hacer no es nada malo, al contrario, ayudará a miles de familias en situaciones vulnerables
-eso dijo tu madre cuando se involucró con un hombre casado- dijo con rabia, acercándose más a Hyeongjun- ¿y como terminó? con un hijo ilegítimo que la llevo a la muerte
-tu pudiste salvarla y no lo hiciste- soltó, intentando ignorar las ira que amenazaba con salir- una médico mágica debe servir a la salud y el bienestar de su comunidad, pero tú no seguiste ese protocolo y no atendiste a mi madre, si lo hubieras hecho, ella hubiera sobrevivido- levantó un poco la voz, aún que fue inútil ocultar cómo está se rompía
-no iba a salvar a un alma impura como la de Jihyo
-mi mamá era mucho más santa y digna del paraíso que tú- las primeras lágrimas salieron, pero las limpio al instante que no fueron notadas- solo dame el libro ¿Si? es lo único que te pido, dejar el tema de mi madre y olvidarnos mutuamente, no te molestaré ni buscaré, solo quiero el libro del bisabuelo- pidió
-¿No volverás a escribir o buscarme?- cuestiono, sacando el libro del bolso que llevaba consigo
-no sabrás nada de mi más allá de lo que escriban los periódicos- afirmo
-cuídalo con tu vida- dijo de forma dura, entregando el libro y desapareciendo tal y como llego
-¿Hyeongjun?- escucho a Jooyeon demasiado adormilado, más este seguía acostado- hay un flujo de magia muy fuerte ¿Hay alguien aquí?
-ya no- confesó, volviendo a acostarse, dejando el libro sobre el mueble al lado de la cama
-¿Esta todo bien?- pregunto, acercándose y recargando su cabeza en el estómago del mayor
-una visita rápida de mi tía- confesó
-pero...ella te odia ¿Para que vino?- pregunto con un ritmo muy lento
-ella tenía algo qué necesito, por eso le pedí que viniera- el menor ya no dijo nada, solo sintió como movía la cabeza en forma de afirmación- descansa Joo- susurró, acariciando el cabello del mago
-igual tu, Junnie- con movimientos lentos, el mago tomo la mano de Hyeongjun, dando un corto beso en ella.
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