**TRES PARTES JUNTAS**
Primera parte: "Cúrame" - Terminada
Segunda parte: "Ódiame" - Terminada
Tercera parte: "Mátame" - En proceso
"Si hubieras sabido todo lo que he hecho por ti jamás te habrías ido. No quiero que me perdones, solo quiero que sep...
Misho vi tu directo, si llegas a leer esto lo siento JAJAJAJA.
🪐
P R I M E R A P A R T E
ςúrαmε
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
...dime como puedo esperarte si otra vez te quiero probar. Es algo obvio que eres mi adicción. Cúrame, cúrame mujer. Si todo es cuestión de que me des tu amor...
🪐
El estridente sonido de los truenos me volvió a alertar, alcé la mirada al cielo y de repente un gris muy oscuro lo tiñó. Paseaba por las calles de Barcelona mientras la lluvia caía con fuerza. Mirando la oscuridad de la noche que a lo pronto finalizaba otro atardecer más y esa embriaguez de paz y tranquilidad desaparecería con los últimos rayos de luz. Desaparecería con el tráfico de cada viernes con la vuelta a casa tras una dura jornada laboral. Unos yendo a trabajar y otros llegando a casa esperando a que el fin de semana llegase. Y es que sola, caminaba por la calle mientras pensaba una y otra vez en como mi vida había estado cambiando desde que decidí mudarme a otra ciudad sola, lejos de mi familia. Renuncié a una vida de ensueño en la que todo era idílico solo para encontrar mi libertad. El petricor inundando mis fosas nasales mientras que el paraguas apenas me resguardaba de la lluvia. Escuchando a Rosalía de fondo y pensando una y otra vez en todo lo que me hacía falta para que mi vida volviera a tener sentido. Paré la música y agradecí haber llegado a la urbanización. Estaba deseando llegar a casa y respirar tranquila tras una espantosa jornada laboral.
Cerré la puerta de casa y me apoyé en ella mientras sentía el alivio de respirar el dulce aroma de mi hogar. Me quité los tacones y suspiré al sentir la libertad. Dejé el bolso sobre el mueble de la entrada, y descalza, caminé hasta la cocina. Me lamí los labios mientras contaba los segundos que me quedaban de paz. Alcé la vista al gran reloj que decoraba una de las paredes de la cocina y suspiré murmurando un:
- No hay forma de llegar pronto del trabajo los viernes.
Abrí la nevera y saqué un par de quintos, no esperaba a nadie aquella noche, solo quería beber hasta olvidarme de quien era y sí, sola. Me quité la falda mientras caminaba de vuelta al salón y solté un leve gemido de conformidad en cuanto aposenté el culo en el sofá. Le di un sorbo a la cerveza mientras leía la conversación de WhatsApp de la comunidad de vecinos. Nada interesante, o al menos eso creía hasta que llegué al punto álgido de la conversación. Leí con detenimiento cada mensaje hasta que uno me llamó especialmente la atención:
"Tenemos vecinos nuevos"
De la nada, como si hubieran estado esperando a que yo supiera de su existencia, la música comenzó a sonar arrebatándome ese atisbo de tranquilidad que tanto había añorado durante toda la semana. Trabajaba de lunes a viernes en un instituto privado como profesora de Historia y si no era suficiente con soportar a adolescentes en plena edad del pavo, me esperaba una cantidad indecente de exámenes por corregir. Y entraba en mis planes pasarme la noche del viernes evaluando para poder disfrutar del fin de semana sin complicaciones. Como cada viernes, aquel no fue la excepción, me fui con Hugo a comer, el único profesor del centro que me caía medianamente bien y que era capaz de tener el mejor sentido del humor dentro de aquel mundo tan estirado. Tan solo era una comida, pero me acabó invitando a los bolos en un intento de cita absurda en el que los dos pasamos de estar súper cómodos a querer irnos a casa en cuestión de segundos.