Bar.

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Estaba sentada en la barra de aquel bar, al que solíamos ir.
De pronto vi caer un vaso al suelo, cientos de vidrios volaron por el lugar, el vaso se hizo pedazos, pero aun así se veía más entero que mi corazón.
Creo que todos en aquel lugar lo notaron, todos se dieron cuenta de lo rota, de lo destrozada que estaba, porque al mirar hacia el suelo lo que vi no fueron los vidrios de aquel vaso, sino, mi sangre por todos lados, los pedazos de mi corazón esparcidos por todo el lugar y de pronto un mar de lágrimas comenzó a inundar aquel bar.
Las botellas se iban tan rápido, como mis ganas de volver a amar, el alcohol me quemaba por dentro, pero tus recuerdos ardían aún más, mi mente comenzaba a distorsionar la realidad, pero tu voz era la misma, y estaba ahí, en mí cabeza, no se iba.
De repente el bar quedo vacío, así como mi pecho, sin nada.
Lo único que quedaba eran mis memorias, pero era por eso que estaba en aquel bar, porque creí que allí las podría olvidar.
Fue entonces cuando entendí que jamás las iba a poder borrar, tendría que aprender a aceptarlas y convivir con ellas, esas malditas memorias que dejaste en mi.
Dejaste millones de ellas, un alma muerta y un corazón en mil pedazos.

~SG~

Mi menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora