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Patear

Cuando llegaron a la finca del viento Giyuu se espero un golpe pero eso nunca llegó, le estaba dando miedo.

Sanemi se fue a la cocina y se fue a tomar una botella que había en una de las gavetas, Giyuu tenía inseguridad por la calma que Sanemi estaba teniendo.

Giyuu:"le dije que se parecía a su padre... La persona que más odia en el mundo" -penso confundido.

¿Que pasaba? ¿Le rompió el corazón? Lo dudaba, Sanemi en los últimos días y con lo que acababa de hacer solo lo hacían creer que no tenía.

Sanemi: dime una cosa...¿Por qué me dijiste que parecía ese hombre? -murmurró serio.

Giyuu se congelo por las palabras de Sanemi, debía salir corriendo y eso fue lo que hizo.

Sanemi:¡¡Giyuu!!.

El albino le aventó la botella para darle pero gracias a su agilidad y rapidez que aún conservaba el antiguo pilar del agua logró evitarlo, Giyuu se encerró en el cuarto donde alguna vez habían dormido juntos.

Sanemi llegó a la puerta y empezó a tocar con fuerza, su paciencia estaba llegando a su límite.

Sanemi:¡¡Yo no me parezco a ese hombre!!.

¿Se verdad no se daba cuenta de lo que hacía?.

Giyuu:¡Si te pareces y no me da miedo decírtelo! -grito decidido.

Sabía que estaba cavando su tumba pero en cualquier momento podría morir, era mejor decir las cosas antes de partir de este mundo.

Sanemi:¡Ábreme!.

Giyuu:¡No, puedes insultarme las veces que quieras pero te atreviste a insultar a mi hermana y eso no te lo perdono!.

Sanemi empezó a golpear con fuerza la puerta mientras que Giyuu intentaba hacer de soporte, no aguantaría mucho pero no le importaba.

Giyuu:¡Te pareces a él, golpeaste a una niña, no te importa lo que sienta, se que tuviste un ambiente familiar abusivo pero eso no te da el derecho a hacer lo que haces conmigo!.

Sanemi:¡¡¡No me parezco a él, esa mocosa es una mierda y tú no vales ni un carajo!!!.

Giyuu:¡¡Si no valgo algo para ti... Déjame ir de aquí, te olvidare y me olvidarás!!.

De repente los golpes se detuvieron y eso solo ponía nervioso a Giyuu, Sanemi jamás se rendía.

Sin poder reaccionar a tiempo cayó al suelo por el fuerte impacto que hizo que la puerta se rompiera y todo fue obra de Sanemi y su patada.

Sanemi: no dejaré que vayas por ahí y actúes como zorra con otros, eres mío... Y si no es a la buena, es a la mala.

Sanemi puso su pie en la torso de Giyuu y lo empezó a apretar, el pelinegro soltó un gemido de dolor sus costillas estaban un poco rotas por lo que pasó antes.

Giyuu:¡Aaah!.

Sanemi:¡Dilo, di que no me parezco a ese hombre!.

Apesar del dolor y el sufrimiento que estaba sintiendo en estos momentos Giyuu no se bajaría para pedir perdón, le valía una mierda si lo terminaba matando.

Giyuu: eres un monstruo... Eres igual que tu padre... Y peor que Muzan

Sanemi detuvo lo que hacía su mirada estaba perdida y estaba en shock por lo que Giyuu acababa de decir.

Sin contenerse ni un poco Sanemi empezó a golpear a Giyuu por todo el cuerpo, le valía una mierda si le rompía algo debía darle una clara lección.

Sanemi:¡Maldita, maldito, maldito, eres un imbécil engreído! ¿¡Te crees mejor que los demás!? Pues solo eres una perra.

Giyuu sentía un gran dolor en todo su cuerpo pero no le importaba lo que pasará con él, debía aguantar un poco y pensar en cómo salir de allí... Aunque dudaba que saliera de una pieza pero tenía la esperanza de hacerlo.

Quería vivir... Quiero vivir...

Sanemi te has convertido en lo que más odias en el mundo y no precisamente en un demonio

Continuará

Gracias por leer~.

Violentometro SaneGiyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora