Guerras, Peleas Y Besos

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Era mas qué obvio que Quackity seguía amando a Luzu, claro que le dolía mucho el hecho de que lo traicionara, pero el amor por alguien no se va de la noche a la mañana. Luzu también seguía amando a él revolucionario, claro que para nadie era un secreto sus sentimientos.

Ese día se dio inicio a una de las mayores guerras en todo el pueblo de Karmaland, se podría decir que los pobladores imaginaban qué sería igual o peor que cuando murió el pequeño Titanicus. Quackity se fue a lo grande, compro un hermoso traje similar al de el para su hija. era tan hermosa con sus pequeñas manitas intentando tomar el pelo azabache de su "madre", lastima que no tenía ni una mínima idea de lo que sucedía.

El revolucionario salió de su hogar, a sus costados estaban sus dos primos; Beni y Cochi, ambos llevaban dos armas qué no dudarían en usar en aquel que le tocar un solo cabello a su primo y su sobrina. Quackity cargaba a Luz con mucha delicadeza, la cuidaba como si fuera un diamante qué se quebraria con el más mínimo toque.

Como dije anteriormente; tanto el omega como la pequeña llevaban trajes identicos, el traje era el mismo que había usado el día de las elecciones, claro que el mayor se veía mucho mejor que aquella vez, ahora su cintura se veía mucho más pequeña ya qué la vez que lo uso ya contaba con unos meses de embarazo.

Llegaron hasta el lugar donde estaba reunido casi todo el pueblo, todos querían lo mismo; querían sacar al alcalde de su puesto. El líder de la revolución subió a un lugar alto, aun con la niña en brazos.

Tomo el micrófono delante suyo, miro a su hija unos segundos, sonrió, respiro y finalmente hablo, hablo con una voz de mando —¡el pueblo ya no es el mismo, tiene ratas en el un puesto que de vería ser ocupado por alguien más! — para un momento para ver a sus primos que se posicionaron a un lado de él con sus armas. —¡no puede ser posible que los niños tengan armas apuntando su cabeza, los niños necesitan parque no un arma¡—

Se podía escuchar como las personas gritaban su nombre, ellos ponian toda su esperanza en el, querían creer que todo saldría bien.

—¡El día de hoy lucharemos por que nosotros y todos nuestros hijos tengamos una vida feliz y con tranquilidad¡— grito y todos aplaudieron.

(..)

Llegaron al ayuntamiento, lugar donde ya había estado antes, todos los que iban con el se fueron contra de los secuaces de Luzu mientras su líder se adrentraba más, llego a la oficina de el líder del otro bando y lo vio, lo vio con la mirada vacía, no pudo evitar que algo dentro de el se sintiera igual de vacío que su mirada.

Queria ir y abrazarlo y preguntar donde estaba ese Luzu qué conoció, el luzu qué le daba regalos en su cumpleaños, el Luzu al qué se entregó. Llevaba a la pequeña en una cangurera mientra esta dormia. Se podía escuchar el desastre de afuera, vidrios rompiéndose en el piso, balazos, entre otras cosas y la bebé seguía dormida.

El mayor quizo ver a la menor y Quackity lo noto, no pudo evitar querer acercarse a la niña y el otro no puso resistencia. —sabes a lo que vengo, ¿no?— pregunta el azabache.

El castaño solo asintió y puso su mano en el cabello algo largo de la bebé, se arrepentiria toda su vida de no haber ayudado a Quackity durante su embarazo.

—se a lo que vienes, pero, ¿me das un abrazo antes? — esto dejo al menor muy confundido pero aún así asintió. —gracias, por favor dile a Luz que la quiero— beso la frente de la niña y luego abrazo a Quackity con cuidado de no aplastar a la pequeña.

El abrazo duro unos segundos en mucha tranquilidad, ambos se vieron a los ojos y se dieron un beso, beso qué necesitaban, solo que ambos tenían el mismo plan. Ambos se traicionaron en medio del beso y se apuñalaron por la espalda. Soltaron al mismo tiempo un gemido de dolor y la sangre salío de sus cuerpos.

El más chico le grito a sus primos, no le preocupaba su vida y mucho menos la de Luzu si no la de su pequeña. Despues de acabar con todos los secuazes entraron solo para encontrar a la pequeña Luz llorando y a ambos padres muertos, muertos por culpa del otro. La niña quedo a cargo de los primos de Quackity y de Rubius, claro que el pueblo todos los héroes de Karmaland ayudaban cuando podían.

La niña creció con el apodo de el hijo del revolucionario y el alcalde, claro que esto no le quedaba por ser mujer pero eso poco le importo. Vivió sabiendo que sus mamá quacks la amo mucho y dio su vida por su seguridad. Nunca careció de nada siempre tuvo lo que quizo.









Y aquí el final, se que muchos esperaban qué volvieran y fueran felices con su hija, pero no

Hasta aquí la historia, sin más que decir....

Bye y besos en la colá 💋💋💋🍑🍑🍑





el hijo de el revolucionario y el alcaldeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora