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Su corazón se aceleró, lo observo acercarse, abrió un poco su boca para poder respirar, el aroma fuerte a sangre lo comenzaba a marear, no era nuevo, pero sentía que en algún momento sus ojos se cerrarían por el agotamiento.

Cerro sus ojos con fuerza sentía una fuerte picazón en su pelvis la piel rota y abierta lo desesperaba, tenía tantas ganas de calmar el dolor, pero si lo intentaba lastimaria más sus muñecas, su cuello le ardía, por el montón de mordidas que tenía, respiro y respiro, queria calmarse, calmar su ansiedad.

— hueles horrible — susurro, literalmente se movió en su silla causando que se abrieran más sus heridas en los tobillos, grito ahogado— ¿Ah? ¿Te asusté?. Ja que adorable, me gustas mucho —le susurro cerca, se asusto y lo miro, era demasiado grande aquel hombre, lo miro con atención, sangre en toda su cara desde la boca y mejillas, pensó que aquel hombre sería atractivo, claro si no tuviera aquel enorme agujero en su cabeza, y la sonrisa que siempre le acompañaba, cuando la veía se sentía aterrorizado, el ojos izquierdo era de un fuerte rojo rubí, el otro se veía apagado, pero siempre mostraba un semblante terrorífico, cerros los ojos con el ceño fruncido, sentía como se acercaba a su cara, sentía la calidez que emanaba, iba a protestar pero sintió como lamía su cuello con fuerza, chillo fuerte  porque rompía su herida en el cuello otra vez, la sangre broto y los dientes del hombre lo volvieron a morder con fuerza rompiendo una vez más la herida, grito adolorido con grande lágrimas que caían por sus ojos —Eres mucho más excitante que abrir a un humano desde la barriga y sacar sus órganos, como un conejito, pequeño.

— p-porfavor... Para —susurro temblado

— vamos a limpiar tu sucia y bonita piel, vas a lavar tu abusada y orgásmico cuerpo, ¿Entiendes amor? — Lo miro asustado, en minutos después sintió como el alambre se aflojaba, sus muñecas se liberaron del alambre que llevaba su sangre, quedó quieto, no sentía su cuerpo, abrió sus ojos y lo miro a el— vamos.

Miro que comenzó a caminar, se levanto con tanta dificultad y dio algunos pasos sus piernas flaquearon, se cubrió con sus brazos el rostro antes de caer al sucio suelo de madera, ahogo su grito, el hombre más alto lo miro y se coloco a la altura del chico— ¿Que pasa? ¿Necesitas ayuda? —Rio y en sus ojos se expresó maldad— ¿Quieres que te cargue mi amor?

Bajo su mirada al suelo con rabia, uso sus manos de soporte, miro hacia su pelvis, ya se había tornado de un color morado oscuro a carne viva, le ardía — ¿Ya te vas a levantar? — como pudo se sostuvo de la silla y se mantuvo de pie sus tobillos le dolían, un fuerte dolor impacto en su cabeza un horrible dolor lo mareo, era como si su cabeza daba vueltas como un carrusel, sus piernas dejaron de tener fuerza y se arrodilló, sus rodillas golpearon el suelo siendo raspadas, lloro por la rabia e impotencia.

— lindo, pero inútil, pareces un perro —le dijo, aquella fuerza lo levanto del suelo las fuertes manos del hombre sostuvieron sus caderas— un animal.

Alzo su mirada con enojo, sus párpados brillaban por las lágrimas, apretó sus puños con fuerza lastimado las palmas de sus manos.

— tengo sed.

Ven. Vamos — sostuvo sus muñecas, haciendo que caminara, sus pies llenos de tierra y sangre seca, su vista vio la puerta y el pomo, estaban sin seguro

— espera

— Que— dijo suavemente

— debo hacer algo —se devolvió dos minutos y ya no estaba en la habitación, se quedó hay pensado tres o cuatro minutos, pensado si escapar, se acercó a la puerta y tomo el pomo, abrió la puerta y el aire fresco choco contra su cara, respiro el aire, olía a pinos quizás por los árboles que habitaban en el terreno, dirigió su vista una vez más a la cabaña, mando toda a la mierda y camino saliendo de la cabaña, miro otra vez a la puerta, ya había entrado al bosque, corrió como sus piernas podía, sentía las pequeñas piedras, ramitas y suciedad en sus pies, no le importaba en lo absoluto, corrió y corrió con temor de ver hacia atrás y pensar que lo perseguía, se distrajo pensando, y un fuerte dolor agarro su pie, el sonido de metal oxidado lo saco de sus pensamientos, dejo de correr y cayó al suelo lastimando se en las heridas que tenía en el cuerpo, sostuvo su rodilla y miro, una trampa de oso, el dolor lo hizo gritar agonizando, la sangre salía sin parar, era espesa, coágulos de sangre llenaba su pie, el hueso de su pierna estaba fracturada, grito de dolor, el aire chocaba contra la carne viva, y lo posibles insectos subían a su pierna.

— sin duda eres un conejito bastante estúpido, un conejo estúpido como para caer en una trampa de osos — lo escucho, hay estaba delante de él con una sonrisa tétrica en su cara, pensaba que estaba solo, pero se equivocó.

— por favor , p-porfavor ayúdame.... Sácalo porfavor te lo suplico —grito con dolor y llanto

— mira nada más —se acerco a el y a su pierna lastimada, con sus dedos recorrió sin cuidado hasta tocar la piel rasgada y dañada, tocando su hueso— Dios esto es grave

— porfavor ayúdame! —grito más fuerte, agonizando y llorando por el dolor la sangre no paraba de salir

— mírate, agonizando como ellos, como los animales, eso eres, un animal —solto con una risa divertida — me daría lastima un ciervo, pero esto se ve divertido

— quítame está maldita cosa!

— eres tan lindo, ¿Cómo dices que te llamas?

— porfavor...

— ¿te gusta cazar? ¿A eso venías?, A mí también me gusta cazar, la diferencia es que, tu eres mi animal, ¿Entiendes?, Tu eres mi presa, tu deber es huir de mi, soy tu cazador, tu mi animal lleno de sangre, lindo y chillón, lleno de restos orgásmico, sucio y estúpido, yo debo capturar te, no tienes a dónde ir, no hay lugar para ti, tu vida está condenada junta a la mía, por la eternidad.

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Julio, 2023.

pútrido animal Where stories live. Discover now