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— ¡Para! Has que se detenga!, Porfavor porfavor! —grito con desesperación, sus manos se encontraba sujetadas con fuerza con una cuerda de púas, rasgaba profundamente sus muñecas hasta dejarlas chorreantes en sangre, su cuerpo estaba de nuevo atada a esa silla, con aquellas cuerdas de púas alrededor de las extremidades de su cuerpo, respiraba aceleradamente, en busca de respirar, las cuerdas bajaban a su pecho arañando la profundamente, lastimaban sus muslos y tobillos— lo siento! Lo siento! No volveré a irme!, Pero porfavor te lo ruego!.

El otro se puso a tararear, sonaba a una musiquita infantil pero no de esas que siempre escuchas, está sonaba tan macabra, te hacía temblar del miedo, sonaba distorsionada y profunda, las lágrimas estaban de sobras, y los pequeños hipidos en llanto junto al extremo dolor, y los irritante insectos que paraban en las heridas más recientes, le daba una horrible comenzon, la pierna estaba cubierta de los posibles gusanos y hormigas que trataban de comerse la carne.

— ¿que quieres que haga mi amor? —expreso con una voz gentil fingida— luces radiante el día de hoy!, ¿Dime te has echo algo?.

Sintió la impotencia, el dolor y la irá que le generaba ese lunático, respiro profundo.

— porfavor...

— de acuerdo, de acuerdo —dijo de forma maniaca, se acercó a el con una sonrisa tétrica en su cara— si te ayudo, ¿Prometes quedarte?.

Tardo en responder, pero de verdad necesitaba ayuda, queria bañarse para limpiar la mugre y los posibles huevos que dejaron los gusanos en su carne viva, en voz baja dijo.

— lo... Lo prometo —apreto sus puños generando que sangrara mucho más, las gotas cayeron al suelo dejando un pequeño charco de sangre.

— está bien —finalizo para sujetar la pierna del más chico y meter su dedo dentro de la carne viva y remover los insectos y huevos que estaba en esta, un fuerte grito escapo del chico, se movía por el fuerte dolor causando que los alambres rompieran su piel y huesos, al final se desmayo.

Lo dejo sobre la cama para finalizar ir a buscar su amada Acha, sangre seca estaba en el filo de su preciosa arma, con ayuda corto los alambres y dejo que las muñecas del chico descansará, y así fue hasta deshacerse del resto, busco por toda la cabaña en una caja bastante vendas, que tenía algo de suciedad, regreso a la cama junto un poco de agua, limpio las heridas y las vendó, bajo hasta el pie buribundo de chico y lo sujeto.

—que precioso, creo haber escuchado, que tú código podía curarte —vio como pequeñas x aparecían en la pierna herida— entonces no mentía.

Le quitó el suerte y pantalón dejándolo solo con ropa interior, jadeo con sorpresa, tocó los huesos y piel del esqueleto menor, estaba aún tersa sin importar el montón de cicatrices que tenía, bajo hasta la pelvis, ya había tomado un color más morado pero apagado, vendo también esa parte y para finalizar le coloco otro suéter color rojo, era bastante grande así que cubria la mayor parte de sus piernas, se deshizo de las vendas manchadas en sangres y las arrojo.

— tan lindo... —susurro para distraerse en arrojar las vendas y agua sucia que utilizo para limpiarlo, después de Varias horas sintió la mirada fija detrás de su espalda, y pequeño quejido le hizo saber que el esqueleto menor había despertado.

— eres un monstruo.... Un horrible monstruo.

Oyó, una enorme sonrisa de oreja a oreja se quedó plasmada en su rostro, se giró para encarar al chico y mirarlo fijamente con aquellos ojos que expresaban el sufrimiento extremo.

— tu abriste la puertas del infierno, animal —hablo con una voz profunda que hizo temblar al chico— creeme que soy la versión tierna que conocerás de un monstruo.

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Julio, 2023.


pútrido animal Where stories live. Discover now