Esos ojos

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Claro que quería hacer algo así, saben que me encantan las historias diferentes, y de hecho me gusta hacer a mis personajes mayores.

El amor no solo es para adolescentes o jovenes, y si algo demostró ¿Te recuperé a tiempo? Es que el amor llega a cualquier edad por eso quise probarlo a la inversa, ya las vimos de niñas, ahora:

Un romance entre mujeres muy mayores, jajaja si tienen problemas para imaginarlas de mayor edad, ahí tienen a Lillian y Eliza de referencia xD (pronto sacaré más de ellas) sin más que lo disfruten.

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Las mañanas son sagradas para los ancianos en el Retiro Rojas de National City, el desayuno debe estar listo, sus pastillas a la orden; por lo que, desde muy temprano, los enfermeros se encargan de todo. Se aseguran primero de que los más delicados aún continúen pues... con vida.

Que las ventanas estén abiertas para que reciban la brisa fresca, aunque no todas por aquellos que sufren del frío, la fruta este cortada en trozos pequeños en sus platos y que haya tubos de pegamento para dentaduras disponibles, la sopa también debe estar caliente para los frágiles estómagos.

Kara como muchas mujeres mayores se despierta con el sol, con lentitud se levanta de la cama y tiende las cobijas, luego se viste. Para cuando Michael, su enfermero asignado toca la puerta, ella ya está ahí para poder tomar su brazo mientras la guía al comedor.

-¿Cómo amaneció hoy señora Zorel?- dice el joven amable.

-Bien, estoy bien ¿Qué vamos a desayunar hoy?

-Avena para usted.

La mujer mayor aprieta los labios, a lo que el enfermero se acerca susurrando.

-Pero logré robar algunas salchichas, no se preocupe, no le faltará proteína.

Kara se lleva la mano la pecho enternecida.

-Oh Mike, muchas gracias.

Llegan al comedor para el desayuno y Kara se sienta sola, claro, tiene amigos en el asilo, pero su amiga Alex se va recorrer los jardines temprano antes de su primera comida, Jimmy duerme hasta tarde, y Querl prioriza bañarse todas las mañanas, así que algo triste comienza a masticar su manzana con yogurt, ojalá esta vez si sea deslactosado, no quiere molestias tan temprano.

El comedor cada vez más lleno conforme se acercan a las 8, hasta entonces llega Querl envuelto en una esponjosa bata y Mike discretamente le da el plato de avena de Kara a él, y a ella un plato de salchichas.

-Buenos días Zorel.

-Buenos días Querl.

La rubia de cabellos ya casi todos plateados quiere seguir conversación, pero pronto el calvo hombre se dedica a su avena y periódico, nada más. La señora Zorel procede a comerse sus salchichas, finalmente llega Alex, con ropa ligera.

-Al menos alcancé fruta- dice la mujer de cabellos cortos tomando asiento-. ¿Él sigue igual eh?- pregunta señalando a Querl que continúa atento a cada letra en el periódico.

-Le gusta por qué mantiene su mente activa- dice la mujer cruzando la semana sobre su regazo-. ¿Cómo estuvo tu caminata?

-¡Cálida! El clima afuera es mejor desde que empezó la primavera, deberías venir conmigo.

-¿Y perderme el desayuno?- pregunta con una sonrisa-. No, nunca, ya no estoy en edad de ayunar.

-Algo me dice que nunca has ayudado en la vida- dice Alex señalándola con la cuchara.

Una taza de té por la tarde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora