Nuevo Uchiha | Harem

21. Hermanos

Jamás en la vida un día había pasado tan rápido para Itachi Uchiha, cuando más anhelaba que el tiempo fuera lento era cuando más rápido pasaba.

Ahora se encontraba en el patio trasero de la casa principal del complejo.

Debía enfrentarse a su hermano menor, lo que significaba que no más actuación de villano. No pensó que sería tan difícil el tan solo acercarse, sin embargo ahí estaba teniendo una batalla mental.

"Tan solo debes bajar de ahí, Sasuke no te morderá, al menos ya no" le habló la miko con una risita.

Su cuerpo se tensó ante el ser descubierto en una rama debatiéndose a sí mismo.

Bajó hasta quedar frente a la azabache quien le sonreía dulcemente, no pudo evitar relajarse bastante ante su dulce expresión. Ella tenía un gran efecto en las personas a su alrededor, era sin duda la mujer de sus sueños.

"Vamos" le dijo mientras tomaba su mano para llevarlo adentro.

El se dejó llevar por la pequeña mujer, cuando entró a la sala su mirada chocó con la de su pequeño hermano, su corazón se aceleró. Ambos se miraban fijamente, tenían tanto que hablar pero simplemente no sabía como proceder.

Podía haber sido un prodigio pero en situaciones cómo está era bastante complicado para él.

"Los dejaré hablar, estaré cerca si me necesitan" dijo Kagome retirándose hacía el jardín.

Claro que ella les daría su espacio.

Por otro lado ambos hombres se miraron y tragaron nerviosamente, ninguno tenía idea de cómo comenzar la conversación.

No era como que hubieran hablado mucho luego de la masacre, aparte de los intentos de Sasuke por matarlo y la fachada de villano de Itachi.

Para Sasuke era complicado pero su madurez le había hecho comprender toda la situación, jamás imaginó que el amor de su hermano fuera tan puro como para protegerlo a toda costa. Se sintió como si toda su vida no tuviera algún propósito.

La venganza claramente ya no era nada para él.

Todo su odio se desvaneció, el odio que había acumulado tantos años. Ahora se centraba en el maldito consejo que había autorizado tal misión a su hermano mayor.

El se encargaría de esos hombres.

|Era Feudal|

Shippo observaba al pozo con suma tristeza, anhelaba tanto encontrarse con su madre, tan solo verla una vez más. Decirle cuánto la adoraba y había extrañado, había intentado saltar muchas veces pero ningún intento tuvo éxito.

"Shippo no puedes estar todos los días aquí, necesitas comer vamos" habló Sango acercándose para llevarlo consigo.

Ella estaba igual de preocupada por toda la situación pero por ahora lo único que podían hacer era esperar a que el pozo diera alguna señal.

El pequeño kitsune era el más que sufría ya que ella era su madre adoptiva, pasaba días y horas sentado frente al pozo, Sango sentía su corazón estrujarse de tan solo ver su pequeño rostro lleno de tristeza.

Cuando ambos se marcharon, una figura que descansaba entre los árboles saltó para caer frente al pozo.

Su poder irradiaba de todo su cuerpo, estaba cansado de la espera así que el haría que funcionara.