42. Observaciones

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Todo el grupo observaba con suma sorpresa el tierno abrazo entre padre e hijo. Por supuesto que habían escuchado sobre él, cada uno de una manera diferente pero si sabían que Itachi era padre.

Aunque había sido una clara sorpresa lo bonita que era su mujer, debían de admitir que no esperaban que él tuviera tanta suerte. Pudieron apreciar como el menor abrazaba a sus padres con emoción, una dulce sonrisa se plasmó en el rostro de la mujer y se encontraron embelesados observándola.

Ella era naturalmente atractiva y ni siquiera parecía notarlo. Casi como si fuera un imán, capaz de atraer a todos a su alrededor lo cual la hacía aún más interesante para Madara quien estudiaba todo lo que podía sobre ella.

Sasuke y Naruto tomaron asiento cerca de la miko.

El rubio miraba al grupo de manera cautelosa, claramente nervioso por la presencia de estos.

La azabache estrechó a Ryo entre sus brazos con sumo cariño, era una escena tierna de ver ya que el pequeño era una mini versión de Itachi. Nadie podía negar que eran idénticos, ambos con sus cabellos largos, junto con unas miradas frías y calculadoras.

Además habían escuchado que era un prodigio a corta edad, tal como lo fue alguna vez Itachi. No solo eso si no que también contaba con habilidades especiales provenientes de su madre, por lo tanto eso lo hacía aún más poderoso.

Algunos de ellos la habían visto deshacerse del enorme ciempiés así que tan solo podían imaginar el gran potencial que debía poseer su hijo. Si ella era sumamente poderosa, con la mezcla de los genes Uchiha eso debía ser definitivamente otra cosa.

Sin embargo, por lo poco que habían visto del niño podían decir que tenía una debilidad por su madre, por la cual se mostraba más abierto con ella. Era fácil asumir que lo mismo sucedía con Itachi.

¿Quien diría que Kagome sería la debilidad de los Uchihas?

Por otro lado, la de orbes azules parecía estar sumamente alerta desde que el grupo había llegado pero no lo demostraba abiertamente. Se mantenía muy cautelosa ante la mirada de cierto enmascarado de Akatsuki.

Claro que no era para nada tonta, puesto que desde que habían entrado a su hogar había podido sentir una gran diferencia en el aura del chico enmascarado que había conocido anteriormente.

¿Tobi era su nombre?

No estaba segura, pero si algo tenía muy claro era el hecho de que su aura era muy diferente a la vez en la que se habían conocido. Esta vez se sentía como una fuerza más oscura y poderosa, algo imponente pero aún así no lo suficiente como para atemorizarla.

Había lidiado con cosas mucho peores que eso.

Sin embargo, no evitaba preguntarse...

¿Sería otra persona bajo la máscara?

Y si fuera así...¿por qué?

No lo tenía del todo claro pero era un hecho que se mantendría atenta al hombre quien no parecía quitarle el ojo de encima, lo cual le ponía bastante nerviosa.

Fue entonces cuando una nueva presencia llegó al lugar, tomando por sorpresa a todos ya que había llegado de manera abrupta por la ventana. Todas las miradas se posaron en él, los que no lo conocían le miraron con intriga por las extrañas orejas en su cabeza.

El rostro de Kagome se convirtió en una gran mueca mientras que su ceja se crispó al ver al hombre de vestimentas rojas forzar su entrada al lugar por la ventana.

"¡Tío Inuyasha!" exclamó Ryo con emoción.

Este entró tranquilamente hasta que se paralizó al ver a tantas personas en el hogar.

"¿Llegué en mal momento?" preguntó el hanyou sudando nerviosamente ante la mirada de muerte que Kagome le dirigía.

Todos pudieron sentir el ambiente tornarse bastante tenso.

Itachi suspiró, Sasuke le miró con desaprobación y Shisui solo río.

Inuyasha nunca aprendía.

Fueron solo cuestión de segundos cuando la miko estalló.

"¿Cuantas veces te he dicho que no debes entrar por la ventana?" "¿Acaso no puedes ser una persona civilizada y entrar por la puerta?" exclamaba la de orbes azules con furia.

Los rostros de todo Akatsuki eran todo un poema.

"Feh usar puertas no es mi estilo" soltó el mitad bestia restándole importancia y cruzándose de brazos.

Gran error y más cuando estabas lidiando con la furia de una mujer embarazada.

Eso solo empeoró el temperamento de la joven quien ahora desprendía un aura asesina y un rostro aterrador que hizo que él sintiera un escalofrío recorrer su cuerpo.

"¡Abajo!" exclamó la mujer enfurecida.

El Akatsuki observó con sorpresa como el extraño hombre se estampaba contra el suelo de manera estrepitosa y no pudieron evitar estremecerse.

Incluso Madara quien no se esperaba para nada tal temperamento de una mujer tan pequeña. Lo cuál reforzaba el hecho de que no debes juzgar a un libro por su portada ya que aunque ella pareciera indefensa, era muy claro que no lo era.

El enmascarado no pudo evitar esbozar una sonrisa ladeada, ella no solo era hermosa, si no que también era una luchadora y eso le gustaba bastante. Pronto tendría su momento a solas con ella.

Tsunade sonrió satisfecha, esa era su Kagome.

Un rato después la charla continuó mientras un Inuyasha enfadado permanecía en una esquina de brazos cruzados.

Las conversaciones sobre lo que se haría habían culminado, tan solo faltaba poner al tanto al Kazekage y todo estaría listo para dar comienzo al plan.

Y por supuesto que se asegurarían de que todo saliera tal y como deseaban.

Danzo caería.

Nuevo Uchiha | HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora