Él no lo sabe, pero va a ser mi esposo

Capítulo 2. Hola de nuevo

Sobra decir que regresé temprano. En ese momento solo resople pensando "este idiota", ni siquiera valía la pena, di la vuelta y me despedí de él mostrándole mi dedo medio.

Tampoco quería volver a casa así que me detuve en el parque a unas cuadras, me senté en uno de los columpios y estuve allí balanceándome ligeramente al rededor de media hora. Era honestamente decepcionante.

Después de estar solo con mis pensamientos escuché un suspiro detrás de mi, ni siquiera tuve que voltear, él se sentó en el columpio a lado mío y comenzó a balancearse.

—Anda, dilo.

—Te lo dije.

Me molesté. —Aquí es cuando dices 'no lo haré, eso lastimaría más tus sentimientos' deberías reconfortarme.

Él solo comenzó a reír. —¿Por qué haría eso? Te lo dije, si me hubieras hecho caso no estarías aquí sentado pensando en lo tonto que eres.

—No pienso que soy tonto, creo que soy brillante —lancé hacia atrás mi imaginario cabello largo y alce la barbilla con arrogancia.

Solo comenzamos a reír.

—¿Qué fue lo que hizo que no te gustó?

Volví la mirada al suelo. Debía admitirlo, en el fondo me afectó.

Yo no solo había sido el pequeño nerd de gafas de pasta gruesa, zapatos ortopédicos y frenillos sino que además, había sido el gordito de la clase. Ya saben, el cerdito. Después de varios años, alrededor de los 12, comenzó a importarme un poco mi apariencia y mamá me puso a dieta. Siendo un ex gordo la verdad es que comentarios como 'te ves rellenito' me golpeaban en el fondo de mi... rellenito ser.

—Me dijo gordo.

Miré su reacción pensando que comenzaría a reír y que pensaría que es poca cosa pero, Gogo no era así. Él frunció el ceño con extrañeza y casi comenzó a reír.

—Que idiotez, ¿gordo? Está ciego... Él no puede ver lo bonito que eres Zuzu, no hagas caso de lo que dicen narcisistas de mierda como él.

Sonreí. —Lo dice el chico más narcisista que conozco.

Él se carcajeo. —Y todavía no te encuentras con Katsuki, espera a verlo y te vas a arrepentir de decirme narcisista.

—Él ya está aquí ¿verdad?

Mi cara de asco debió decírselo todo. No me alegraba, no quería verlo. Gran parte de mis inseguridades son culpa del mayor de los hermanos Bakugo.

Cuando éramos niños Katsuki me puso apodos como "nerd" que era el menos horrible. "Gordinflon de mierda" era el más usual. Afortunadamente solo lo hacía cuando estaba de mal humor pero, cuando era pequeño Katsuki era como el chico más cool que conocía y que él me dijera que ser gordo me hacia feo pues durante mucho tiempo me hizo pensar que realmente era horrendo así que...

—Él ha cambiado, te lo prometo, es... Diferente, de un modo, bueno... Creo.

—No importa, no puede ser una decepción peor que la de hoy.

17 años y no había tenido ninguna relación, ni mi primer beso, ¡ni nada! Quiero una relación como la de los dramas. ¡¿Dónde estaba mi amor de instituto?!

El pensamiento me puso de malhumor. —Soy lindo. Soy muy tierno. ¡Soy inteligente y cautivador! Tengo ojos verdes ¿sabes de cuánto es la estadística de ojos verdes en Japón?

Gogo negó. Quedé mudo un momento porqué... Tampoco sabia.

—Yo tampoco sé, pero en el mundo somos como el 2% así que en Japón prácticamente no hay. ¡Soy como una especie en peligro de extinción!