Cayendo hacia ti

¿Realmente puedes conocer algo del amor a esa edad?

Abigaíl se fue dejándome sola. En ese instante decidí hacer más amigas (de hecho le hablaba a todas las niñas del salón). Mi nuevo grupo de amigas constó de Esmeralda y Claudia.

Esmeralda era güera, usaba lentes y era ligeramente más alta que yo, mientras que Claudia era la más bajita de las tres, era morena de cabello negro y chino.

Ese día lo recuerdo muy bien, todos estábamos sentados y de pronto el profesor dijo.

- Tendrán que aprenderse un poema o una canción en otro idioma-

Mi mamá y las otras mamás ya habían acordado que si era en equipo tendríamos que ser los tres.

El profesor prosiguió.

- Mínimo en binas-
Todos comenzaron a murmurar y a juntarse. Sean y Leonardo se acercaron a mí.

- ¿Somos equipo?- pregunto Leonardo a lo que Esmeralda y Claudia me miraron raro.

- Sí- dije seco.

La persona que nos enseñaría la canción era la mamá de una niña llamada Ximena, una chica algo inquieta a la que apenas le había dicho unas palabras.
Tendríamos que ir a su casa después de la escuela, a Leonardo se le dificultaba un poco, así que por lo general éramos Sean y yo.

Sean y yo comenzábamos a ser más cercanos, a veces jugamos junto a Ximena.

La canción fue todo un éxito, incluso nos tomaron la foto a los tres (estábamos caracterizados según la canción), estaba maquillada y peinada, por lo cual estaba incómoda, pero lo supere rápido.

En ese pequeño periodo de tiempo fue cuando empecé a prestarle más atención a Sean.

Después vino la obra y adivinen, hice equipo con Sean, pero esta vez era él, Esmeralda, Claudia, un niño llamado Gerardo y yo. La mamá de Esmeralda hizo un guion con muchos cuentos mezclados, los papeles se repartieron así:

Esmeralda- Caperucita roja.

Claudia- Blancanieves.

Gerardo- el gato con botas.

Sean- el príncipe encantador.

Yo- Soy, la princesa mala que se casaría con el príncipe encantador.

🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜

Alguna vez antes de la obra jugábamos verdad o reto.

- ¿Verdad o reto?- me preguntó Gerardo.

- Verdad-

-¿Quién te gusta?-
Todas las niñas me miraron fijamente.

- Me gustaba, ya que ya no está en la escuela. Se llama Karel iba conmigo en tercero-

Todas rieron excepto Gerardo.

- ¿David Karel? ¿Un niño rubio de ojos azules?-

- Si ¿Lo conoces?-

- Está bien feo, es mi vecino-

-¡¡¿Qué?!!- gritamos todas.

- Sí, lo conozco-

🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜🐜

- Ensayaremos en mi casa- dijo Gerardo más como hecho que como propuesta.

Y así fue, llegué.

Todos ya estaban ahí a excepción de Sean.

- Si quieres puedo ir a tocarle a tu príncipe azul- dijo Gerardo frente a mi mamá. En ese momento quería que la tierra me tragara.

- Cállate- le dije entre dientes.
Gerardo solo se rio y siguió molestando con ir por Karel.
Sean llegó llorando, pues sus papás le habían pegado, todas lo abrazaron, si lo abrazaron y ahí fue cuando me pregunté ¿Qué pasó con Sean, ¿Guácala? Yo no me atreví, solo me limité a comentar.

- Nunca había visto llorar a un niño-

- Hay Astrid, cállate pobre Sean- me dijo Claudia quién estaba sentada junto a mí.

Ensayamos dos semanas (tenía que admitir que estaba más que feliz, pues me tocaba ser la reina de Sean).

La obra fue un Ascó, ya que todos nos revolvimos, pero se rieron, al menos.

Entonces ahí los supe, me gustaba Sean.
El resto del año, cuando llegaba a la escuela, miraba hacia la puerta buscando ver a Sean llegar (Iba en el segundo piso).

Recuerdo que Sean era muy juguetón conmigo y me quitaba las cosas, yo fingía que me molestaba, pero era todo lo contrario.
Una vez (después de la obra), pinte todo mi corrector, Sean lo tomo y se mancó la mano.

- Ah- se rio al igual que yo.
Después llegó Gerardo, quien me quito la lapicera.

- Oye dámela-

- No- salto entre bancas

- Ya dásela- le dijo Sean - no estoy jugando, lo digo en serio.

- Ay, sí, defiende a tu novia-
Sean me miró un segundo y Gerardo prosiguió.

- Solo por qué te tocó ser el príncipe y a ella la princesa Por eso la defiendes-

- Ya dámela-

Gerardo le aventó la lapicera.

- Toma-

-Gracias- mire a Gerardo con odio.

Pasaríamos a sexto y esperaba que me tocará con Sean, pero no fue así.

El último año al llegar esperaba ver a Sean (siempre llegaba tarde). En el receso pasaba por donde él se sentaba y reía lo más fuerte que podía para que él me mirara, tenía éxito la mayoría de las veces.

Tuve problemas con Esmeralda y Claudia, así que ya no me juntaba con ellas, ahora me juntaba con una niña llorona llamada Rachel, además comenzaba a juntarme también con Ximena, quien no sabía que más adelante se convertiría en mi mejor amiga.

Sobreviví a la primaria una de las peores épocas de mi vida, a excepción por Sean y Ximena. Así los años volaron y entre a la secundaria, donde ya no vería a Sean ni a Ximena, bueno, al menos a Ximena sí, ya que la frecuentaba.