Cayendo hacia ti

Red flags

Creo que jamás lo note hasta que crecí.
Aquellas actitudes que tenía uno de mis "amigos" que pensaban que solo era algo llevado, pero no.

Era un día normal de secundaria.
Llevaba uniforme del diario y en vez de calcetas llevaba medias azules, pues pedían azul.
Tenía un gran complejo con el bello corporal, así que me depilaba y me ponía esas medias que me encantaban.

David se sentaba justo a mi lado, bueno, solo a veces. Ese día jugábamos como siempre, o yo pensaba que era juego. De pronto él comenzó a tocar uno de mis muslos, una parte de mi sabia que claramente estaba mal y otra solo quería encajar.

Quitaba su mano cada vez que él quería tocar mi muslo y no hablo solo de tocar, quería tocar de mala manera y solo se reía, ¿qué sabría una niña a esa edad de que en realidad eso era abuso por parte de su "amigo"?

Incluso llegué a creer que quizá le gustaba a David por esos tratos tan raros, pero era una niña llena de inseguridad, ¿a quién le gustaría una niña gorda como yo? La sociedad se encargó de que pensara que no valía, que me estarían haciendo un favor en fijarse en mí. Sean lo hizo, me hizo creer que por ser gorda nadie podía amarme porque al parecer la estética valía más que la persona en sí.

Y luego había otros amigos como armando, quien también era un estereotipo ñoño y algo desagradable para esta generación, me seguía a todos lados como pato, trataba de ser amable y siempre sacarme platica.

Solo una vez me paso por la cabeza que yo podría gustarle porque él era caballeroso hasta cierto punto.

Cosa que nunca me constó, pero lo creí porque siempre estuve rodeada de hombres estúpidos.

Supongo que la sociedad así nos destroza o nos hace más fuertes.

Recuerdo aún las dietas estúpidas que hice y el ejercicio excesivo solo para poder gustarle a Sean, solo para que me mirara.

Estúpida.