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Han pasado dos semanas desde que fueron las elecciones, mi madre estaba irritada, pero al mismo tiempo echaba de menos a mis hermanos.

Hoy era el día del friernes, un día en el que freíamos todo tipo de comida y aprovechamos ese tiempo para quedarnos con la familia, pero hoy sería diferente.

Mi madre dijo que Zion traería de vuelta a Ginny y Austin, admito que no estaba lista para ver a mi hermana.

Estaba saliendo de la casa de Max porque le dije a mi madre que la ayudaría a recoger la comida en la cocina. Caminaba alejándome de la casa de los Baker hasta que escuché la voz de Marcus detrás de mí.

— Hola, rubia— hablo Marcus, me doy la vuelta mirándolo seria— ¿Cómo estás?

— Estoy bien. ¿Y tú?

— Soy una mierda como siempre— dijo Marcus y nos quedamos en un silencio incomodo— ¿Estás segura de que todo está bien?

— Sí, todo está muy bien— dije sonriendo sarcástica— No te preocupes por mí, nunca te importé de verdad.

— Blair, eso no es cierto— hablo Marcus acercándose a mí lentamente— Nunca he mentido sobre lo que siento por ti.

— Marcus, por favor, ¿puedes dejar de comportarte así? —le pregunto indignada al chico— Que quede claro que no volverá a pasar nada entre tú y yo.

Marcus suspiro hasta estar frente a mí.

— Me arrepiento demasiado, eso fue un error. ¿Qué puedo hacer para que me perdones?

— Nada, no hay nada que puedas hacer, Marcus— dije y me doy la vuelta caminando hacia mi casa.

Marcus intentaba hablar conmigo todos los días, pero yo siempre me alejaba o ni siquiera hablaba con él, me dolía solo mirarlo y pensar en lo que hizo.

Caminaba cabizbaja a casa, pero tan pronto como vi a Austin, hice una sonrisa y el niño vino corriendo a mis brazos.

— ¡Potter, has vuelto! —digo abrazando a mi hermano — ¿Como estas?

— Estoy bien, Bear— dice Austin devolviendo el abrazo— Te he echado de menos, hermanita.

— Yo también te echaba de menos, brujo— conteste, Austin se aleja.

Austin corre de allí yendo a saludar a Paul que sostenía una bandeja llena de comida.

— Zion se quedará, en realidad— avisa mamá a su prometido.

— Genial— dijo Paul alejándose con Austin— Espera, ¿vamos a freír twinkies?

— No sabes lo que es la vida si nunca lo has hecho, escribe esto en mi lápida— contesto mamá.

No paso mucho tiempo antes de que Ellen y Ginny caminaran hacia mi madre.

— Tu hija devolvió la moto de mi hijo. Por cierto, ella lo tomo. Pero deberías saberlo y no me lo dijiste— dijo Ellen.

— No, claro que no lo sabía— responde mamá a la otra madre.

— Usamos casco— dijo Ginny mirándome.

— ¡Qué grande! Seguridad en primer lugar— habla mamá mirando a la morena.

— ¿Qué es esto? —pregunta Ellen mirando nuestro banquete.

— ¡Friernes! —dijo Austin.

— Lo que sea, solo deja a Ginny lejos de mi garaje— hablo Ellen y se aleja de nosotros.

— Ellen, obviamente no controlo a mi hija— dijo mamá y luego miro a Ginny— Bonita chaqueta.

...

Mastermind | Ginny and GeorgiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora