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Estaba en la escuela fingiendo que no había pasado nada, además de que Max estaba jurando que escuchó un disparo ayer.

— ¿Cómo estás? ¿En qué fase está? ¿Llorando, vomitando? —pregunta Max sosteniendo mis hombros.

— Ha sido terrible— conteste, ella me abraza por los hombros y comenzamos a caminar.

Me alejo del abrazo de la chica y me siento en el sillón rojo del rincón en el pasillo.

— ¿Por qué todos los hombres de mi vida sólo me hacen daño? Estoy cansada de todo esto— dije fastidiada.

— Porqué siempre digo: "Sé gay, ser gay es genial"—habla Max haciendo un baile— Los hombres son idiotas.

— Los hombres son realmente idiotas— dijo la pelirroja se acerca a nosotros, junto a Norah— ¿Cómo estás, By?

— Estoy bien, simplemente no estoy teniendo una gran semana.

— Tenemos clase, la clase te ayuda a olvidar un poco los problemas— dijo Abby y me ayuda a levantarme del sillón.

— Adiós, chicas— dije despidiéndome.

...

Al final de la clase, Abby y yo salimos del aula hablando de la fiesta de Brodie, pero dejo de hablar tan pronto como veo a Gil viniendo hacia mí.

— Te veo en la fiesta, Abby— me aleje de la pelirroja acercándome hacia Gil— ¿Qué haces aquí?

— Blair, ¿podemos hablar?

— Creí que ayer te dejé todo claro— contesté mirándolo enojada.

— Mira, sobre ayer me enfadé mucho, sabes que nunca te lastimaría a ti o a tu madre.

— ¡Deja de mentir! Me lanzaste por las escaleras— reclamé molesta.

— Yo no hice eso— se defendió Gil, pero luego suspiro— Está bien, sé que necesitas tiempo porque entiendo que está siendo difícil.

— ¡No! No sabes que no necesito tiempo, solo quiero que te vayas— dije alejándome de él, pero me tira por el brazo.

— Si no me perdonas por una mierda, voy a hacer de tu vida un infierno— dice Gil apretando mi pulso con fuerza— ¿Estas entendiendo?

— Me estás haciendo daño... —dije empezando a forcejear, pero afortunadamente Marcus se acercó a nosotros.

En cuanto Gil lo vio me soltó la muñeca rápidamente.

— ¡Hola, Blair! ¿Me preguntaba si vas a la fiesta de Brodie hoy? —pregunta Marcus mirando la mano de papá.

— Sí, voy... ya me iba a casa para empezar a arreglarme, solo estaba hablando con mi padre— dije sosteniendo mi muñeca que me dolía.

— Está bien, te acompaño a casa.

— Luego hablamos, hasta luego— dijo Gil alejándose de nosotros saliendo de la escuela.

Miro mi muñeca que se estaba roja del agarre de papá.

— ¿Te ha hecho daño? —pregunto Marcus, negué rápidamente— ¿Estás segura?

— Si— dije bajando la manga de mi camiseta— Gracias, Marcus.

Salgo rápidamente de allí para poder llegar lo más pronto a casa.

...

Era la hora del almuerzo, mis hermanos y yo estábamos en la casa de Zion esperando a que terminara de cocinar el almuerzo.

Mastermind | Ginny and GeorgiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora