Querido (des)conocido - [Cristessi]

E

Hola! Ali ha vuelto!

muajaja OuO

Muchas gracias por leer! jejeje

En este cap nos adentraremos en el lado un tanto oscuro de la ship ;u;

Lo siento, pero me gusta el drama, el angst (aunque a veces no sé cómo escribirlo) y el dolor, en general xD 

Suframos juntos!

A leer!

~°*†*°~+~°*†*°~

Los años pasaron y ellos parecían ser el centro del mundo del fútbol. No había persona, fanático o no, que fuera ignorante de sus nombres.

Algunos los emparejaban, llamándolos «La pareja de la realeza». Sin embargo, la rivalidad sería lo que les definiría por completo.

Entonces llegó el 2016 con una suerte diferente para cada uno.

Por un lado, estaba Cristiano que daba todo de sí en los partidos de la Eurocopa. Él deseaba ganarla, llevar a su patria al podio y portar con orgullo una copa antes negada. No le importó el cansancio acumulado, ni los descansos ínfimos que tuviese, mucho menos tomar supresores para mantener a raya el celo: él iba a demostrarle a toda Europa que una casta «débil» no sería impedimento para cumplir su objetivo. Que le llamasen soberbio, incluso haría oídos sordos a los insultos susurrados a sus espaldas. Cristiano Ronaldo, no se dejaría pisotear por nadie. Ni siquiera su cuerpo en extremo desgastado, dejándolo con la única opción de desplomarse enfrente de los que dudaban de él, lo haría desistir de cumplir su deseo.

Por ello, al sentir el frío de la copa, el retumbar del estadio por los gritos y vítores de los asistentes, Ronaldo sonrió del alma. El rostro sudoroso de piel bronceada, brilló de alegría, como si se tratase de una flor que al fin había sido tocada por el sol.

Pero la felicidad de uno era la agonía de otro: Lionel Messi falló un penal en la Copa América.

El peso descomunal de un país inconforme por su desempeño, criticándolo sin piedad alguna, culminó con aquel penal infame. Sintió el mundo desmoronarse debajo de las suelas de sus tacos de fútbol. De pronto, respirar le pareció una tarea difícil. A pesar del calor en el cuerpo por el esfuerzo, un escalofrío lo recorrió entero. ¿Cómo había sido posible que hubiese fallado ese penal? ¿Qué cara le daría a su gente que había puesto tantas esperanzas en él? ¿De qué habían servido todos esos años de entrenamiento en Europa? ¿Podía llamarse a sí mismo un «buen jugador» con un desempeño así de nefasto?

¿Cómo podría considerarse a sí mismo el rival de Cristiano, del omega que había ganado la Eurocopa?

Sí, tenían razón esos que decían que Messi era un bufón, un hombrecillo que no valía lo que las lenguas decían.

¡¿Qué importaban los triunfos obtenidos en el Barcelona si con Argentina no era ni la sombra?!

Entonces anunció la renuncia a la selección Argentina. Decirlo fue tan doloroso, pues amaba a su país, lo atesoraba con todo su ser, pero ya no se consideraba digno de representarlo. La desolación se dejó entrever en gotas saldas, empapando las mejillas y dejando ver la vulnerabilidad en él.

¿Y si renunciaba al fútbol? Luego de este suceso no se creía capaz de poner un pie en un estadio o cancha de entrenamiento.

Ah, alguien le estaba llamando por el teléfono.